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Estados Unidos

Marchita calor al algodón

Cuando el Departamento de Agricultura de EU finalizó sus cálculos en enero, los hallazgos fueron sorprendentes

The New York Times

sábado, 11 marzo 2023 | 13:12

The New York Times

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Cuando el Departamento de Agricultura de EU finalizó sus cálculos en enero, los hallazgos fueron sorprendentes: el 2022 fue un desastre para el algodón del altiplano en Texas, el Estado donde la fibra gruesa es cultivada en su mayoría y luego vendida por todo el mundo en la forma de tampones, pañales de tela, cojinetes de gasa y otros productos.

En la pérdida más importante jamás registrada, los granjeros texanos abandonaron el 74 por ciento de sus cultivos sembrados -casi 2.5 millones de hectáreas- a raíz del calor y la tierra seca, los sellos distintivos de una megasequía agravada por el cambio climático.

Esa crisis ha contribuido a elevar el precio de los tampones en EU 13 por ciento en el último año. El precio de los pañales de tela se disparó 21 por ciento. Las bolitas de algodón subieron 9 por ciento y las vendas de gaza aumentaron 8 por ciento.

Todo eso fue muy por arriba de la tasa de inflación total de EU del 6.5 por ciento en el 2022, de acuerdo con datos proporcionados por las firmas de investigación de mercado Nielsen IQ y The NPD Group.

Esto es un ejemplo de cómo el cambio climático está transformando el costo de la vida diaria en formas que los consumidores podrían no darse cuenta. El oeste de Texas es la principal fuente de algodón del altiplano en EU, que a su vez es el tercer productor más importante y el exportador más grande de la fibra.

El colapso del cultivo en el oeste de Texas se extenderá más allá de EU, a los estantes de tiendas por todo el mundo, indican economistas.

"El cambio climático es un motor secreto de la inflación", dijo Nicole Corbett, una vicepresidenta en Nielsen IQ. "A medida que el clima extremo siga impactando los cultivos y la capacidad de producción, el costo de los artículos de primera necesidad seguirá subiendo".

Al otro lado del mundo, en Pakistán, el sexto productor más grande de algodón del altiplano, la mitad de los cultivos de algodón del País fueron destruidos por inundaciones empeoradas por el cambio climático.

Expertos afirman que el impacto del calentamiento del planeta se está extendiendo con consecuencias que se podrían sentir en las décadas venideras.

Para el 2040, la mitad de las regiones por todo el mundo donde se cultiva algodón enfrentará un "riesgo climático alto o muy alto" derivado de sequía, inundaciones e incendios forestales, reportó Forum for the Future, una organización sin fines de lucro.

Científicos proyectan que el calor y la sequía agravados por el cambio climático seguirán reduciendo las cosechas en el suroeste estadounidense.

El algodón es un "cultivo líder", dijo Natalie Simpson, experta en logística en la Universidad de NY, en Buffalo. "Cuando el clima lo desestabiliza, ves cambios casi de inmediato.

"Esto se aplica a cualquier lugar donde se cultive. Y el abasto futuro del que todos dependen va a lucir muy distinto a cómo luce ahora". 

Por décadas, el cultivo de algodón en el suroeste de EU ha dependido del Acuífero Ogallala, que se extiende por debajo de ocho estados del oeste, de Wyoming a Texas.

Sin embargo, el Ogallala está disminuyendo, en parte a raíz del cambio climático, arrojó la Evaluación Climática Nacional del 2018, un reporte emitido por 13 agencias estadounidenses. 

Ésa es la misma región que fue abandonada por más de 2 millones de personas durante el Dust Bowl de los 30, provocado por una sequía severa y malas prácticas agrícolas.

John Steinbeck hizo una crónica del trauma en su épica "Las Uvas de la Ira", sobre el éxodo de Oklahoma de una familia de productores algodoneros.

Últimamente, la novela ha estado rondando la mente de Mark Brusberg, un meteorólogo del Departamento de Agricultura. "La última vez que sucedió esto, hubo una migración masiva de productores de donde ya no podían sobrevivir a un lugar donde iban a intentarlo", explicó.

"Sin embargo, tenemos que averiguar la manera de evitar que vuelva a suceder eso".  

En los años desde entonces, la tierra de cultivo sobre el Ogallala volvió a florecer al tiempo que granjeros extraían del acuífero para regar sus campos. Pero ahora, con el aumento del calor y la sequía, están regresando las tormentas de polvo, halló la Evaluación Climática Nacional. 

Se proyecta que el cambio climático aumente la duración y la intensidad de la sequía en gran parte de la región del Ogallala en los próximos 50 años.

La primavera pasada, Barry Evans, un granjero algodonero de cuarta generación cerca de Lubbock, Texas, sembró casi mil hectáreas de algodón. Cosechó 200. "Éste es uno de los peores años de cultivo que jamás haya visto", expresó. "Hemos perdido mucho del Acuífero Ogallala y no volverá".

Cuando Evans empezó a cultivar algodón en 1992, podía regar alrededor del 90 por ciento de sus campos con agua del Ogallala, indicó. Ahora eso ha caído a 5 por ciento y contando, apuntó.

Kody Bessent, el director ejecutivo de Plains Cotton Growers, que representa a granjeros que cultivan algodón a través de 1.6 millones de hectáreas en Texas, dijo que la tierra producía 4 o 5 millones de pacas de algodón en un año típico.

Se proyecta que la producción del 2022 sea de 1.5 millones de pacas -un costo a la economía regional de 2 mil millones a 3 mil millon

es de dólares, señaló.

Sam Clay, de Toyo Cotton Company, un comerciante de Dallas que compra algodón del altiplano a granjeros y lo vende a molinos, dijo que el colapso había hecho que luchara para arreglárselas.

"Los precios están por las nubes y todo esto es pasado a los consumidores", dijo.

Granjeros como Evans dicen que les gustaría un financiamiento gubernamental extendido para que los programas de alivio de desastres cubran el impacto de la sequía, y paguen a los granjeros por sembrar cultivos de cobertura que ayudan a retener la humedad de la tierra.

Pero algunos economistas dicen que podría no tener sentido continuar apoyando un cultivo que ya no será viable al tiempo que el planeta se sigue calentando.

"Desde los 30, los programas gubernamentales han sido fundamentales para cultivar algodón", comentó Daniel Sumner, un economista agrícola en la Universidad de California, en Davis. "Pero no hay un argumento económico particular para cultivar algodón en el oeste de Texas a medida que cambia el clima".

A la larga, simplemente podría significar que el algodón ya no es el ingrediente principal en todo, desde tampones hasta telas, "y todos vamos a usar poliéster", dijo Sumner.

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