El viaje del gas de Texas a los hogares de Europa

Nueva York— Las ciudades de toda Europa mantienen las luces encendidas y calientan los hogares con gas natural extraído de pozos en Texas y Luisiana, a medida que las exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) al Viejo Continente alcanzan niveles récord, destacó The Wall Street Journal.

Pero antes de que una molécula de gas estadounidense pueda ser quemada por una planta de energía en Italia, usada para cocinar en España o producir fertilizante en Alemania, tiene que ser bombeada del suelo, tratada, canalizada, enfriada, cargada en un barco y convertida en gas de nuevo.

El viaje atraviesa los yacimientos de gas de los Apalaches y la Costa del Golfo e involucra miles de millas de tuberías, frigoríficos gigantes multimillonarios y una flota global de embarcaciones especiales.

Así es como se ve el viaje:

Los productores estadounidenses perforan en busca de gas principalmente en la cuenca Pérmica del oeste de Texas y Nuevo México, los Apalaches y la cuenca de Haynesville. En enero, estas regiones representaron alrededor del 70 por ciento de la producción de gas shale, según la Administración de Información de Energía.

Luego el gas se transporta a una planta de procesamiento en tuberías. Ahí se eliminan el agua e impurezas como azufre, sulfuro de hidrógeno y CO2, que reducen el poder calorífico del gas.

Una vez que se considera que el gas tiene "calidad de gasoducto", el productor paga una tarifa a una empresa intermedia para enviarlo a través de una red nacional.

La parada final del gas podría ser un almacenamiento subterráneo, una empresa de distribución, una planta de energía o una instalación de licuefacción.

Las unidades de licuefacción usan refrigerantes para enfriarlo y convertirlo en una forma líquida que sea más fácil de transportar.

Después de que el gas se haya licuado, se envía a través de tuberías a tanques de almacenamiento masivos.

Las tuberías toman el GNL para cargarse en barcos especialmente diseñados. Una carga puede representar suficiente energía para calentar más de 43 mil casas en Estados Unidos durante un año.

Luego de su viaje oceánico, el GNL se descarga en una planta de regasificación en tierra o en otro barco que puede volver a gasificar.

Tras ello se inyecta un odorante en la corriente para que el gas se puede usar de forma segura, que luego pasa por un medidor antes de ser distribuido.

A partir de ahí, el gas se inyecta en tuberías y se dirige al almacenamiento subterráneo, fábricas, plantas de energía y hogares.