Investigación contra Trump plantea prueba sin precedentes para Justicia de EU

Washington.- Mientras los funcionarios del Departamento de Justicia discutían durante meses con los abogados y asistentes del expresidente Donald J. Trump sobre la devolución de documentos gubernamentales en su casa de Florida, los fiscales federales se convencieron de que no les estaban diciendo toda la verdad.

Esa conclusión ayudó a poner en marcha una decisión que equivaldría a una prueba sin precedentes de la credibilidad del Departamento de Justicia en un entorno político profundamente polarizado: solicitar una orden de allanamiento para ingresar a Mar-a-Lago y recuperar lo que los fiscales sospechaban que serían materiales altamente clasificados más allá de los cientos de páginas que el señor Trump ya había devuelto.

Según la cuenta del gobierno, esa apuesta valió la pena, con agentes del FBI que se llevaron cajas llenas de material confidencial durante la búsqueda hace tres semanas, incluidos algunos documentos con sellos de alto secreto.

Pero el asunto difícilmente terminó ahí: lo que comenzó como un esfuerzo por recuperar documentos de seguridad nacional ahora se ha transformado en una de las investigaciones criminales más desafiantes, complicadas y potencialmente explosivas en la memoria reciente, con tremendas implicaciones para el Departamento de Justicia, para Trump y la fe pública en el gobierno.

El fiscal general Merrick B. Garland ahora enfrenta la posibilidad de tener que decidir si presenta cargos penales contra un expresidente y probable candidato republicano de 2024, un paso sin paralelo histórico.

Sorprendentemente, es posible que tenga que tomar esta decisión dos veces, según la evidencia que encuentren sus investigadores en su amplia investigación por separado sobre los esfuerzos de Trump para revertir el resultado de las elecciones de 2020 y su participación en el ataque del 6 de enero contra el Capitolio.

La investigación del departamento del 6 de enero comenzó como una persecución de los alborotadores que atacaron el Capitolio. Pero el otoño pasado se amplió para incluir acciones que ocurrieron antes del ataque, como el plan para presentar listas de electores al Congreso que afirmaban falsamente que Trump había ganado en varios estados clave.

Este verano, los fiscales de la oficina del fiscal federal en Washington comenzaron a preguntar directamente a los testigos sobre cualquier participación de Trump y miembros de su círculo íntimo, incluido el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, en los esfuerzos por revertir su derrota electoral.

A pesar de todos sus esfuerzos por distanciar al departamento de la política, Garland no puede escapar de las repercusiones políticas de sus decisiones. La forma en que maneje a Trump seguramente definirá su mandato.

Todavía no está claro cómo se desarrollará cualquiera de los dos casos. Los fiscales que trabajan en la investigación sobre el manejo de información clasificada por parte de Trump no están cerca de hacerle una recomendación a Garland, según personas con conocimiento de la investigación. Los archivos judiciales describen que el trabajo continúa, con la posibilidad de más entrevistas con testigos y otros pasos de investigación por delante.