Diario
Estados Unidos
miércoles, 26 junio 2019 | 21:31
Washington- Una fotografía de un padre migrante y su hija de 23 meses acostada boca abajo en la fangosa orilla del Río Grande, agregó el miércoles una carga emocional al debate sobre la política de inmigración en Washington.
La imagen de la niña pequeña, metida en la camisa de su padre, con el brazo derecho envuelto alrededor de su cuello, parecía cristalizar la tragedia humana que se desarrollaba en la frontera, y estaba en todas partes: en los canales de cable, Internet, donde está la guerra política habitual. Fue por un momento atenuado por la tristeza, y en el Senado, donde los mejores demócratas de la cámara obligaron a sus colegas a enfrentarse a una copia impresa de la foto.
"Presidente Trump, quiero que mire esta foto", dijo el líder de la minoría, el senador Chuck Schumer de Nueva York. “Estos no son traficantes de drogas o vagabundos o criminales; son personas que simplemente huyen de una situación horrible ".
Pero el panorama hizo poco para reducir la división partidista sobre la política de inmigración, o incluso una disputa más inmediata en el Congreso sobre un paquete de ayuda humanitaria que Trump ha solicitado para financiar a las agencias de inmigración atadas que tratan con una multitud de migrantes.
El miércoles, el Senado aprobó abrumadoramente un paquete de gastos de emergencia de 4.600 millones de dólares para abordar la crisis, pero solo después de rechazar una versión aprobada por la Cámara de Representantes por los demócratas que se oponía profundamente a la agenda de inmigración del presidente, que incluía muchas restricciones sobre cómo se podía gastar el dinero.
La Cámara, a su vez, planeó tomar medidas el jueves para insistir en que se mantengan algunas de las condiciones de la financiación. Eso estableció un punto muerto sobre la financiación, y la insistencia de los demócratas en que la Casa Blanca se ciñe a las nuevas restricciones a su autoridad para garantizarla.
La foto del padre migrante, Óscar Alberto Martínez Ramírez, y su hija Valeria llegaron en un momento de creciente preocupación por el tratamiento de los niños en las instalaciones fronterizas, que han sido abrumadas por el mayor número de familias que ingresan a los Estados Unidos en más de un año. década.
En una estación en Texas, más de 250 niños fueron detenidos por semanas sin acceso a jabón, ropa o comida adecuada. Un grupo de abogados ha dicho que vieron a niños pequeños cuidando infantes en las instalaciones.