Fiscal de EU es blanco de amenazas tras allanamiento en casa de Trump

Washington.- El FBI Apenas había salido de Mar-a-Lago cuando los aliados del expresidente Donald J. Trump, encabezados por el representante Kevin McCarthy de California, comenzaron un bombardeo de amenazas contra el hombre al que ven como un enemigo: el fiscal general Merrick B. Garland.

Garland, un exjuez aficionado a los libros que durante su fallida nominación a la Corte Suprema en 2016 les dijo a los senadores que no tenía “un hueso político” en su cuerpo, respondió, como suele hacer, no respondiendo.

El Departamento de Justicia no reconoció la ejecución de una orden de allanamiento en la casa de Trump este lunes, ni los ayudantes de Garland confirmaron su participación en la decisión o incluso si sabía sobre el allanamiento antes de que se llevara a cabo. Se negaron a comentar sobre cada hecho que les llamó la atención. El horario de Garland esta semana está desprovisto de eventos públicos en los que los periodistas puedan interrogarlo.

Como un capitán que trata de evitar salirse del ojo y caer en el huracán, Garland espera navegar por la extensa y multifacética investigación sobre las acciones de Trump y sus partidarios después de las elecciones de 2020 sin comprometer la integridad de la acusación o destruir su legado.

Con ese fin, el fiscal general está operando con un máximo de sigilo y un mínimo de comentarios públicos, un curso similar al trazado por Robert S. Mueller III, el exabogado especial, durante su investigación de dos años sobre el caso de Trump y sus conexiones con Rusia.

Ese enfoque discreto puede evitar las trampas de las investigaciones comparativamente más públicas sobre Trump y Hillary Clinton durante las elecciones de 2016 por parte de James B. Comey, el director del FBI en ese momento. Pero viene con su propio peligro: ceder el control de la narrativa pública a Trump y sus aliados, quienes no están limitados por la ley, ni siquiera por los hechos, para contraatacar.

“Garland ha dicho que quiere que su investigación sea apolítica, pero nada de lo que haga evitará que Trump distorsione la percepción de la investigación, dadas las reglas asimétricas”, dijo Andrew Weissmann, quien fue uno de los principales asesores de Mueller en el informe especial.

“Según la política del Departamento de Justicia, no se nos permitió aceptar esas críticas”, agregó Weissmann. “Jugar según las reglas del Departamento de Justicia, triste pero necesariamente, deja el campo de juego abierto a este abuso”.