Despido de republicana confirma el dominio de Trump sobre el partido

Washington— En una sorprendente exhibición de lealtad a Donald J. Trump, los republicanos actuaron rápidamente este miércoles para despojar a la representante Liz Cheney de Wyoming del liderazgo de la Cámara, al votar para despedir a la tercera persona más importante de su partido por haber repudiado las mentiras del expresidente sobre la elección y de hacerlo responsable del letal motín en el Capitolio ocurrido el 6 de enero.

La acción, que fue orquestada por líderes del partido, ocurrió a través de una votación oral durante una reunión a puerta cerrada en el Capitolio que duró sólo 15 minutos. 

Cuando los votos se fueron acumulando en su contra, Cheney pronunció un último y desafiante discurso en lugar de luchar contra su despido, advirtiendo que los republicanos acompañarán a Trump a su “destrucción” al silenciar a los disidentes y rehusarse a rechazar el mito de la elección robada, habiendo sido abucheada por sus colegas.

Después de meses de luchas internas que dieron como resultado un violento final a su presidencia, los republicanos despidieron sin ninguna consideración a Cheney, que ha sido la heredera de una de las familias conservadoras más poderosas del país, reflejando lo mucho que el partido se ha alejado de los principios de la política y sus piedras angulares ideológicas que en algún momento lo definieron.

La votación y la manera en que se llevó a cabo, también ilustran la manera en que la ortodoxia del Partido Republicano se ha definido más a favor de una alianza con el ex presidente que valora la lealtad sobre todo lo demás en lugar de una agenda política o una visión de gobierno.