Cuando se trata de elecciones importantes en las ciudades, republicanos están ausentes

Cuando Jerry Sanders concluyó su segundo término como alcalde de San Diego en el 2012, fue el funcionario republicano citadino más prominente del país.

Saunders, quien fue policía y estuvo muy cerca de la comunidad empresarial, pareció ser un modelo político para otros posibles alcaldes republicanos y también fue un moderado que colaboró con la administración Obama sobre políticas urbanas y apoyó el matrimonio homosexual en un momento crucial.

Actualmente, Sanders comentó que los republicanos no tienen contacto con diversas áreas metropolitanas. Agregó que los republicanos parece que no tienen “soluciones reales” para temas como el crimen, y lamentó el mensaje de exclusión del partido que aleja a los votantes jóvenes, hispanos y gay en ciudades como ésta.

“No creo que la derecha se haya mantenido al mismo ritmo que los tiempos”, dijo Sanders, quien tiene 70 años, en una entrevista. Señaló que renunció a la afiliación de su partido el 7 de enero, un día después que una muchedumbre atacó el Capitolio.

En todo el mapa político de este año, el diagnóstico de Sanders sobre su partido anterior parece indisputable: en las elecciones locales, desde la California de Sanders a la Ciudad de Nueva York y de New Jersey al estado de Virginia que cada vez es más demócrata y en suburbios cruciales de Washington, D.C., el debilitado atractivo del Partido Republicano para las grandes ciudades y densos suburbios del país está mostrándose vívidamente.

En donde en algún tiempo el Partido Republicano montaba robustas campañas en muchas de esas áreas, ahora, el partido está fuera de todas las importantes competencias del 2021.

Esa tendencia ha ayudado a que los estados que antes eran republicanos, como Georgia y Arizona, ahora sean campos de batalla mezclados con los demócratas, ya que sus ciudades y suburbios más grandes cada vez son más enormes y más mezclados étnicamente.