Con menos sanciones, esperan cubanos repunte económico

Perfecta Carvajal era la querida tía de Miami, una mujer dulce, canosa y amante de los niños.

También fue un salvavidas económico para su familia en Cuba.

Dos o tres veces al año, la tía "Pepa" tomaba el vuelo de una hora desde Florida hasta Santa Clara, a casi 200 millas al este de La Habana. Sus maletas estarían llenas de regalos: zapatos, ropa, café y frijoles secos.

Entonces cesaron las visitas. Primero, el presidente Donald Trump suspendió los vuelos de Estados Unidos a ciudades cubanas fuera de La Habana en 2019. A continuación, llegó el coronavirus.

Ahora, gracias a cambios de política anunciados por EU el mes pasado, la residente de Miami de 94 años está ansiosa por regresar. "Estoy locamente feliz por volver", dijo.

Los vuelos se encuentran entre un puñado de medidas introducidas por la administración Biden para aliviar la campaña de "máxima presión" de Trump contra el gobierno comunista. La Casa Blanca se comprometió a levantar el límite de las remesas familiares y permitir que grupos estadounidenses realicen viajes educativos. 

Funcionarios estadounidenses dijeron que estaban "ampliando el apoyo al pueblo cubano" en un momento de escasez desesperada y aumento de la migración desde la isla.

Sin embargo, si bien las medidas brindan esperanza a familias como la de Carvajal, están muy por debajo de la normalización de las relaciones bajo la presidencia de Barack Obama. Los analistas dicen que los pasos recientes subrayan cómo la política de Washington hacia Cuba está en gran medida paralizada, y Biden desconfía de antagonizar a los cubanoamericanos poderosos como el senador Robert Menendez, demócrata de Nueva Jersey, o perder terreno antes de las elecciones intermedias en noviembre.

“Los cubanos no confían en Estados Unidos en absoluto, y Estados Unidos claramente no confía en los cubanos en absoluto”, dijo Scott Hamilton, quien sirvió a Estados Unidos como encargado de negocios en La Habana durante el mandato Obama. En lugar de reorientar las relaciones, dijo, las medidas de Biden “tratan más de abordar la necesidad de reducir las cifras de migración”.

El embargo comercial a Cuba de 60 años es el conjunto más antiguo de sanciones económicas de Estados Unidos en el mundo. Trump agregó decenas de prohibiciones, diciendo que estaba luchando contra la "opresión comunista" y el apoyo de Cuba al gobierno autoritario del presidente venezolano Nicolás Maduro. Biden hizo campaña con la promesa de "revertir las políticas fallidas de Trump", que dijo que solo dañan a las familias.

“El día que ganó Biden, la gente en Cuba celebró mucho. Tanto los funcionarios del gobierno como la población”, dijo Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos de asuntos de la Cancillería cubana, en una entrevista antes de que se anunciaran las nuevas medidas. Sin embargo, después de que el demócrata asumió el cargo, "el pueblo cubano se sintió decepcionado".

Biden dejó las sanciones de Trump vigentes cuando la pandemia de coronavirus abrumó el sistema médico de la isla y estranguló el turismo, una fuente crucial de divisas. La larga revisión de la política de Cuba de la administración se detuvo en julio pasado cuando estallaron históricas protestas en todo el país por la falta de alimentos, electricidad, medicinas y libertades democráticas. El gobierno respondió a las manifestaciones con juicios masivos y duras sentencias.

El resultado más visible de las nuevas medidas de Biden puede ser la reanudación de vuelos de EU a ciudades fuera de La Habana. Son una fuente crucial de efectivo y bienes para las familias, ya que los pasajeros cubanoamericanos llevan repuestos de automóviles, leche en polvo, artículos de limpieza para el hogar y otros artículos que son difíciles de encontrar en la isla.