Estado

Don Vidal, una historia entre hilos

'Ya sólo remendo trabajitos', dice tras 50 años dedicados a la sastrería

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El Diario de Chihuahua

jueves, 30 mayo 2019 | 13:47

Silvestre Juárez/El Diario

Chihuahua.- Amalio Vidal Haro, de 77 años, es uno de los pocos sastres que aún continúan con su labor en Chihuahua, que luego de medio siglo dedicado a este oficio, reconoce que los tiempos han cambiado hasta el punto de que no es tan rentable como décadas atrás. 

Actualmente su local se encuentra en uno de los pasillos del Mercado Popular Chihuahua, que afortunadamente no fue afectado por el incendio de finales de enero, pero sí se encuentra muy cerca de otros que los consumió el fuego. 

Platicó que desde 1961 llegó a Chihuahua desde Torreón, Coahuila para unirse a su hermano en el negocio de la sastrería, quien fundó una de las empresas más importantes en este ramo, que se dedica a la confección de trajes de caballero para bodas, XV años, graduaciones y apadrinamientos, entre otros y perdura hasta nuestros días. 

"Don Vidal", como es conocido, realiza labores sencillas como levantar bastilla, colocar zippers, bastilla valenciana, angostar, cuyos precios van desde los 40 a 90 pesos. Además, hizo unos monederos con restos de mezclilla, simplemente por ocio, pero muy originales y pueden ser adquiridos por sólo 10 pesos. 

“Cuando llegué y le hice caso a mi hermano, era un muy buen negocio, hacer los trajes se tomaba uno su tiempo y la gente pagaba muy bien. En general, el sastre cobra caro por hacer algo bien hecho". 

"Yo ya estoy grande, ya sólo remendo algunos trabajitos”, expresó el casi legendario sastre, quien hizo su vida en la capital del estado donde se casó y tuvo hijos. 

Reveló que ninguno de sus hijos ha querido dedicarse a la sastrería, ni con él mismo o con su tío, algo que lamenta, ya que consideró como un oficio noble y bonito, porque a fin y al acabo es crear y ayudar a la gente con su vestimenta. 

Con sencillez, pero mucha experiencia, ha considerado el ser sastre como un oficio de caballeros, cuyo fin es la elegancia, pero también es poner de su imaginación para complacer al cliente. 

A diferencia de otro tipo de confección más relacionado con la moda femenina, la sastrería se considera un oficio de caballeros, un símbolo de porte del buen vestir, de la distinción para que se hable bien de quien porta la vestimenta y del sastre. 

La realidad es que a pesar de ser una tradición muy antigua y de las más nobles, las generaciones modernas han optado por no seguir con la herencia familiar y mientras que hace décadas abundaban, ahora sólo unos pocos continúan con su labor y brindan el servicio.

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