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Estado

Denuncian agresiones en centro de rehabilitación en Chihuahua

Les dan de comer maseca con repollo, no les dan apoyo psicológico y solo los ponen a leer la Biblia, asegura mamá de uno de ellos

Alejandra Sánchez
El Diario de Chihuahua

jueves, 25 mayo 2023 | 13:11

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Chihuahua.- Luego de los hechos ocurridos en el centro de rehabilitación “Casa Monarca” en Juárez, El Diario recibió más denuncias acerca de maltratos en otros centros de adicción e incluso, uno de ellos operado por la señora Alma Elena Barraza, madre de Rubí, la presunta feminicida.

La directora y fundadora del anexo Monarca en Juárez, Claudia Rubí R. E., y su pareja sentimental Diana Paola E. L., son acusadas de asesinar a una interna de nombre Celia Yaneth “N”, de 35 años.

En Chihuahua capital, “Carmen” (quien omitió su verdadero nombre por miedo a represalias), una de las madres que buscó ayuda narró la violencia que vivió su hijo Alejandro (nombre ficticio), las cuales iban desde comer maseca con repollo, hasta observar las golpizas que les daban a sus compañeros en el centro de rehabilitación Institución Mexicana de Atención a las Adicciones de Chihuahua A.C. (Imaach A.C).

“Yo vi cómo el consumo de Alejandro iba aumentando, entonces, una psicóloga me hizo ver que él había empezado ya con drogas de iniciación y me recomendó ese lugar. Yo en ese entonces, (desde mi ignorancia y desesperación), busqué meterlo a un centro y ella (la psicóloga), me dijo que había el testimonio de dos personas que ya habían sido desahuciadas y que estas terapias les habían funcionado”.

Según lo que narra Carmen, el lugar era muy feo, pero que accedió debido a que pensó que el tratamiento le funcionaría a su hijo.

“Yo llegué al lugar y me atendió un hombre que se llamaba Daniel. La verdad es que cuando llegué me impresionó mucho el lugar, ya que yo no tengo contacto con gente que tiene esos problemas de drogadicción tan fuertes, pero ya platicando con ellos me dijeron que el programa consistía en tenerlos internados y que ahí les iban a dar terapias psicológicas, ocupacional y espiritual, cosa que no fue cierta”.

Al momento del ingreso, los encargados le explicaron a la madre de Alejandro que lo tendrían tres días en enfermería para ver como reaccionaba, y que su hijo estaría en constante vigilancia, pero tampoco fue así ya que siempre lo dejaron solo.

“Al inicio me cobraron 2 mil 500 pesos de entrada; me dijeron que tenía que llevar una serie de artículos de limpieza y de aseo personal, y que por semana también tenía que dar un porcentaje. En total todo el tratamiento me saldría como en 19 mil pesos. Ahí me dijeron que podía llevarle comida durante las visitas, y la verdad es que sólo en una ocasión le lleve galletas porque yo pensé que ahí comían bien”.

Lo único que Alejandro recibía de alimentos era maseca y repollo con agua; además, jamás utilizaron los artículos de limpieza que Carmen le llevó; por el contrario, a todos los que estaban ahí (alrededor de 40 hombres), los bañaban juntos con un “chorrito” de shampoo y no sólo eso sino que además, los rasuraban con el mismo rastrillo.

“A mí eso me preocupó mucho de hecho, fue una de las causas por las que decidí sacarlo porque había compañeros de mi hijo que tenían VIH y sifilís”.

De primera instancia, las personas son internadas en una tipo bodega que se encuentra ubicada en la privada Donato Guerra y Terrazas #3005 de la colonia Obrera, pero después de unos días, algunos de ellos son trasladados a una granja que está por la carretera a Aldama, dijo.

“En todo ese lapso, a él sólo le dieron una terapia y en alguna ocasión fue un sacerdote no hubo más; sólo los tenían sentados en el piso leyendo la biblia y además, en el lugar había muchas chinches. Después de un tiempo me llamaron y me pidieron permiso para llevarlo a una granja en donde supuestamente había canchas y le darían clases de pintura y yo accedí, sólo que se me hizo raro porque me hablaron como muy noche para avisarme que ya habían llegado”, recordó Carmen.

Después se dio cuenta que no les permitían ver la ruta que tomarían y dónde estarían.

“La granja estaba conformado por un “salón” si es que se le puede llamar salón; era una bodega grande con unas mesas y ya mi hijo me dijo que ahí comían y dormían y que cuando iban al baño tenían que hacerlo con la cabeza agachada. Jamás hubo terapias psicológicas y mucho menos lo sacaron a jugar algún deporte; el repollo se lo tenían que comer con los dedos y en ese lugar los golpeaban”.

“GRITA TODO LO QUE QUIERAS NADIE TE VA A OÍR”

Una de las frases que mi hijo más recuerda es la que les decían aquellos que eran agredidos físicamente. La razón por la que los golpeaban era porque no se sentaban derechitos al estar leyendo la biblia.

“Grita todo lo que quieras al fin que aquí nadie te va a oír”, les decían los custodios.

Carmen comenzó a notar que su hijo tenía la cara y los brazos con mordeduras de chinches y que nada de lo que le habían prometido estaba sucediendo además de que en alguna ocasión se enfermó y ni siquiera le dieron una pastilla.

Alejandro tuvo que someterse a una serie de pruebas debido a que eran rasurados con el mismo rastrillo e incluso, tiene pendiente una de ellas.

“Cuando los sacan a la visita hay una persona que los acompaña, otro de los internos que le llaman “la sombra”; eso también se me hizo inhumano porque sólo los tienen para que cuiden y los que están siendo visitados no digan nada. A “la sombra”, no lo dejan comer ni convivir ni nada y bueno, cuando mi hijo me dijo todo yo lo saqué inmediatamente porque el trato es inhumano, los tratan peor que si fueran animales”, finalizó Carmen.

En el 2020, un hombre de 37 años murió dentro del centro de rehabilitación Institución Mexicana de Atención a las Adicciones de Chihuahua A.C. (Imaach A.C.), justo dos días antes de haber ingresado a la institución.

Las primeras versiones indicaron que el fallecimiento, había sido debido a una mala atención por parte de los encargados de dicho centro de atención a las adicciones; sin embargo, posteriormente la Fiscalía dijo que había sido muerte natural.

¿QUÉ DICE LA CEDH?

Ante esto, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Néstor Armendáriz refirió que ellos han recibido un total de 10 quejas del 2018 a la fecha, las cuales han sido recibidas pero que estas son instancias privadas y no públicas.

“Es muy lamentable que una persona que tiene un problema de adicción que se acerque para recibir apoyo especializado se enfrente a una situación tan delicada y hasta perder la vida y luego surgen que no es el primer caso. No podemos generalizar que este tipo de situaciones se den en todos los centros pero sí es importante darles el seguimiento que requieren”, señaló el titular de dicho organismo.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, en el estado existen 95 centros que operan de manera regular y que dos centros que operaban de manera irregular fueron detectados uno en Chihuahua y otro en Ciudad Juárez.

Actualmente, la madre de Claudia Rubí R. E., opera otro centro en ciudad Juárez llamado “Igora” en donde, según testimonios, los pacientes también son sometidos a una serie de golpes y abusos; además, la muerte de Celia Yaneth desató otra denuncia en donde Arely (otra de las mujeres que estaban anexadas), fue golpeada y quemada por la hoy detenida.

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