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Estado

De cómo lincharon a la Bruja Juana

El relato más pormenorizado de la batalla entre la bruja auxiliada por el demonio, y el pueblo enfurecido, lo tenemos de boca de don Pascual Orentes

Froilán Meza Rivera

sábado, 29 octubre 2022 | 17:23

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En Chínipas fue entrevistado para un canal de la televisión pública de Boston, hace ya más de 35 años, don Pascual Orentes. El hombre era, sus entonces más de noventa años, un ejemplo de la vida y del trabajo inhumano a que se sometía a los mineros en la sierra. Fue la suya una existencia llena de sufrimientos que iniciaron desde la terneza de la infancia.

El relato más pormenorizado de la batalla entre la bruja auxiliada por el demonio, y el pueblo enfurecido, lo tenemos de boca precisamente de don Pascual.

“Llegó el comisario de la policía con sus tres ayudantes, a sacar a la bruja Juana de su casita, que estaba en la orilla del pueblo, y detrás de ellos venían varios más, algunos ya con garrotes de madera en la mano...

“El viejo Efraín, el comisario, era muy entrón, y fue el que se metió primero a la guarida de la bruja, y entre él y otros dos de los policías, sacaron luego a la bruja de los cabellos de su casa, la arrastraron hasta la orilla de la cañada...

“Le empezaron a llover piedras, pero no le pegaban a pesar de que se las aventaban muy de cerquitas, pero una le pegó en la sien derecha y comenzó a sangrar mucho...

“Se cayó la bruja en la tierra, junto a un árbol muy alto que había ahí, y las gentes se arrimaron a lastimarla con patadas y con garrotazos, pero cuando ya nadie creía que se fuera a salvar, salió de repente un remolino de tierra en seguida de ella, y la mujer como que se alentó y que se levanta, y que comienza a echar maldiciones, y a decir malarrazones contra Nuestro Señor...”. Así concluye el relato en la grabación de la entrevista de la televisión de Boston.

El primer golpe fue el que recibió fue en la cabeza, y se lo dio una enorme piedra que le abrió la piel, y tal vez también el hueso en la sien. Manó en seguida un vertedero de sangre que cubrió sus ropas y que manchó su rostro de gran belleza.

De hecho, nadie se explicaba por qué, teniendo ella más de 120 años comprobados de edad, se conservara en su cutis y en sus rasgos, en sus miembros y en su figura, como una doncella de 25 años, con la lozanía que tienen las mujeres de esa edad. Era ella de una belleza perturbadora, pero a la altura en que se encontraba en cuanto a la edad, más que atraerle varones, su aspecto celestial era causa de enorme desconfianza y hasta de miedo.

La estaban linchando las buenas gentes de Chínipas, hartas de que ella siguiera haciendo labores de brujería blanca y negra, y de que sus clientes estuvieran por ello entregando su alma al maligno, uno tras otro, y de que las autoridades no hicieran nada por apartar de su influencia a tanto infeliz que acudía en busca de auxilio.

Porque, preguntaban las gentes: ¿En qué se entregó al diablo? ¿Qué precio está pagando por sus eternas juventud y belleza? Y, bruja y curandera como era en lo cotidiano, las personas en el pueblo se planteaban la interrogante con gran seriedad: ¿Acaso no estará ella condenando las almas de todos cuantos se curan con sus artes mágicas y dotes de herbolaria?

Dicen que fue muerta a golpes por personas del lugar, y que se cuenta que, durante la pelea, el mismo diablo acudió en su defensa, pero sin haber podido salvarla.

También cuentan que la bruja se alcanzó a levantar porque el demonio en persona le mandó el remolino que le permitió alzarse y tomar fuerza, pero una vez que los linchadores se repusieron de esa sorpresa, arreciaron en lanzarle piedras y golpes, y tan feroz fue el ataque, que ni con el segundo remolino de tierra fría que se levantó, ni se pudo salvar la bruja.

Ahí quedó muerta, y por la tarde la colgaron del cuello en ese mismo árbol a cuyo pie pereció Juana, y ahí colgando, la vieron casi treinta amaneceres y otros tantos atardeceres, hasta que el propio diablo se la llevó, honrándola como una de sus más fieles servidoras en el mundo de los hombres. Así cuentan y contaban en Chínipas la leyenda de la bruja Juana.

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