Estado

Preocupa a economista inflación y efecto 'chilaquil'

Se tienen expectativas poco alentadoras para el resto del año

Salud Ochoa / El Diario de Chihuahua
jueves, 20 enero 2022 | 23:52

Chihuahua.— El aumento en los precios de productos básicos como frutas y verduras ha colocado a las familias chihuahuenses en una coyuntura económica difícil y con expectativas poco alentadoras para el resto del año. El panorama, dijo Omar Varela, economista de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Cuauhtémoc, es agobiante en particular para quienes menos tienen. 

“El panorama para el inicio de 2022 es preocupante sobre todo para las familias de menos recursos, pues la inflación ha afectado principalmente a productos de consumo básico, sobre todo a los alimentos. Por lo que, algunos expertos han llamado a esta crisis inflacionaria como el “efecto chilaquil” ya que resalta el incremento de los precios en el tomate, cebolla, chile y tortillas. 

El fantasma de la estanflación sigue rondando la economía de los chihuahuenses y mexicanos en general, pero, hasta el momento indicó el experto, no se ha hecho presente a pesar de la creciente inflación. 

“Uno de los temores más fuertes en la economía es la estanflación, que consiste en periodos en donde además de estancamiento económico se registra inflación. Afortunadamente no se ha registrado este evento ya que, aunque la inflación sigue creciendo, la economía continúa en recuperación, esperando que para mitad de año la producción se normalice y con ello se pueda controlar la inflación que cerró el 2021 en 7.36 por ciento siendo el objetivo mantenerla entre 2 y 4 por ciento”. 

Varela explicó que las afectaciones económicas que ha dejado en el mundo y por supuesto en México, la pandemia derivada del Covid-19, han sido equiparables a los problemas de salud. Desde su inicio, se han marcado varias etapas en cuanto a las afectaciones económicas. 

“Durante los primeros meses, el cierre de plantas manufactureras y la cancelación de vuelos y actividad turística fueron un duro golpe para la economía nacional, puesto que depende ampliamente de 4 pilares fundamentales: el turismo, la manufactura, el petróleo y las remesas. Los dos primeros se vieron afectados por lo ya mencionado, mientras que el petróleo viene arrastrando dificultades desde años atrás, dejando a las remesas como un sustento imprescindible. Posteriormente, tras la llamada “jornada nacional de sana distancia” se cerraron algunos negocios temporal o permanentemente, afectando mayormente al comercio y a las actividades informales. Reflejando en un desplome significativo en el empleo, lo que generó cifras históricas en desempleo”. 

Luego de eso, señaló el economista, las actividades se retomaron poco a poco con algunos cambios en la forma de hacer negocios. 

“Tras la declaración de actividades esenciales y la nueva normalidad, se retomaron paulatinamente actividades, incorporando tasas de empleo, aunque con cambios en la manera de hacer negocios, con un crecimiento acelerado del comercio electrónico. Además, según cifras del IMSS, se reactivaron empleos, aunque muchos trabajadores cambiaron de empleo. 

La reapertura gradual de actividades fue mucho más lenta de lo esperado, y la economía mexicana pasó de afectaciones en algunos sectores específicos, a una reducción generalizada de actividad económica, en donde la caída inicial fue de más de 10 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto -PIB-, seguido por meses de inestabilidad”. La falta de insumos y la escasez de algunos productos acentuó la inflación que ya se tenía como consecuencia de la reducción en las tasas de interés. 

“El banco de México, al igual que muchos bancos centrales en el mundo redujeron la tasa de interés de referencia como una medida para incentivar la actividad y recuperar el empleo, sin embargo, asumiendo como costo un crecimiento de la inflación que tras la paralización de la economía internacional se acentuó con la falta de insumos de producción y la escasez de algunos productos manufacturados”, puntualizó.