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Espectáculos

La realidad impacta al cine

Las biografías y hechos reales han sido por mucho tiempo materia prima para los Oscar, una situación que plantean una disyuntiva: ¿hasta qué punto se debe implicar a la familia?

Julia Jacobs / The New York Times

miércoles, 13 marzo 2024 | 12:15

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Hace más de una década, cuando un grupo de productores se puso en contacto con Walter Naegle para rodar un largometraje sobre su difunta pareja, Bayard Rustin, líder en materia de derechos civiles, tuvieron que hablar largo y tendido con él para convencerlo.

En los premios Oscar del domingo, “Rustin” fue una de las muchas figuras históricas en las que se centran las películas nominadas. Otros personajes de la vida real son el padre de la bomba atómica, un elogiado director de orquesta estadounidense, y las víctimas y los autores del “reino del terror” en la nación Osage, en Oklahoma durante la década de 1920.

Las presunciones históricas o biográficas han sido durante mucho tiempo materia prima para los premios Oscar, pues dan un aire de importancia y solemnidad a los proyectos, y también son un tentador reto para los actores. Sin embargo, adaptar historias reales conlleva tratar con personas reales, lo que plantea a los cineastas una delicada disyuntiva: ¿hasta qué punto deben implicar a sus sujetos reales –o a las familias de sus sujetos reales– en las producciones?

Basada en Diana Nyad

“Nyad”, la película biográfica sobre la nadadora de larga distancia Diana Nyad, se realizó en estrecha colaboración con la nadadora, y su amiga y entrenadora, Bonnie Stoll. (Annette Bening, quien interpreta a Nyad, y Jodie Foster, quien encarna a Stoll, estuvieron nominadas al Oscar).

Siguiendo los intentos de Nyad para nadar de Cuba a Florida a sus más de 60 años, la película se adaptó de la autobiografía, y ella leyó todos los borradores del guion, según aseguró Elizabeth Chai Vasarhelyi, quien dirigió la película con su marido, Jimmy Chin.

La historia de Mary Kay Letourneau

Pero una clara ventaja de la colaboración es que tiende a mantener a raya las críticas del público, que pueden ensombrecer una película después de su estreno, como ocurrió con “Secretos de un escándalo”, el drama dirigido por Todd Haynes que estuvo nominado en la categoría de Mejor Guion Original.

La película se inspira vagamente en el caso de Mary Kay Letourneau, una profesora que se declaró culpable de violación en segundo grado de un menor en 1997 por sostener una relación sexual con uno de sus alumnos de sexto grado, Vili Fualaau, y luego se casó con él tras salir de la cárcel, cuando él tenía 22 años.

Hay numerosas diferencias entre “Secretos de un escándalo” y la historia real de Letourneau –incluidas las circunstancias de su encuentro–, pero las partes de ficción no fueron suficientes para evitar las objeciones de Fualaau, quien en una entrevista con The Hollywood Reporter criticó a los cineastas por no ponerse en contacto con él. (Letourneau murió en 2020).

Leonard Bernstein

En el caso de “Maestro”, la película biográfica sobre la carrera y el matrimonio de Leonard Bernstein que recibió siete nominaciones a los premios Oscar, había algo tangible en juego cuando el protagonista y director de la película, Bradley Cooper, se acercó a los tres hijos de Bernstein: los derechos de la música de Bernstein.

“Una vez que obtuvo nuestro permiso para hacer esta película, tenía la opción de no volver a hablar con nosotros: era su película”, dijo Jamie Bernstein, la hija mayor del compositor.

Pero Cooper fue en la dirección contraria, relató, y comenzó a realizar preguntas frecuentes sobre sus padres y su educación, envió mensajes de texto a los hermanos en un grupo de WhatsApp, compartió versiones del guion y les mostró imágenes editadas en una sala de proyección en su casa. 

La bendición de los hijos de Bernstein también proporcionó una capa de protección cuando Cooper, quien no es judío, fue criticado por utilizar una nariz prostética para representar a Bernstein, quien si lo era. 

Hechos históricos

El cálculo de los cineastas tiende a verse afectado por el hecho de que estén en juego sucesos traumáticos y de que la película pueda considerarse explotadora.

Antes de empezar a rodar “Los asesinos de la luna”, la epopeya sobre el plan asesino de unos hombres blancos para robar los derechos sobre el petróleo de los osage, los descendientes de las víctimas le pidieron al director, Martin Scorsese, que los visitara en Oklahoma. Ese encuentro lo llevó a implicar más a los osage en la producción y a centrar más la historia en las experiencias de sus familiares.

Y para rodar “La sociedad de la nieve”, que narra el accidente aéreo de un avión uruguayo en 1972 en el que murieron 29 personas, y que dejó a 16 atrapadas en los Andes durante más de dos meses, el director J. A. Bayona entrevistó a todos los sobrevivientes, y puso a los actores en contacto con ellos y con las familias de los fallecidos.

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