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Economía

Menos es más: eficiencia con 'baja productividad'

La forma en que trabajamos ahora es un 'grave lastre económico'

Agencia Reforma

viernes, 03 mayo 2024 | 21:10

Cortesía | La solución para lograr mayor eficiencia en el trabajo deshaciéndonos de la sobrecarga se llama "lenta productividad"

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Nueva York.- Estás taaan ocupado. Estás en Slack y correo electrónico y llamadas consecutivas vía Zoom, a veces todo simultáneamente. ¿Realmente estás logrando hacer trabajo?

Cal Newport no lo cree así.

Newport, profesor de ciencias computacionales en la Universidad de Georgetown, dice que podemos lograr más deshaciéndonos de la sobrecarga. Él llama a su solución "lenta productividad" -y tiene un libro del mismo título- una forma para que quienes quieren lograr más digan sí a menos cosas, las hagan mejor e incluso aflojen el ritmo en dosis estratégicas. La calidad de primer nivel es el objetivo y la actividad frenética es el enemigo.

Esto es lo que puede salvar nuestros empleos de la IA y los despidos, e incluso hacer felices a los accionistas, dijo el defensor de la concentración en una época de distracciones.

¿Podemos realmente ser menos es más en el trabajo, o acaso nos hemos vuelto adictos a tachar constantemente interminables tareas de nuestras listas de pendientes? ¿Qué pensarán nuestros jefes?

Después de todo, esta no es la primera propuesta que escuchamos de que "puedes tenerlo todo". Los partidarios de la semana laboral de cuatro días prometen que podemos deshacernos de una jornada laboral entera simplemente trabajando de manera más inteligente. Los incondicionales del trabajo remoto juran que es un gane para patrones y empleados. Pocos sueños son más seductores que decir adiós a la cultura del ritmo ajetreado y al mismo tiempo cosechar los beneficios de ese ritmo ajetreado.

Newport reconoce que decir no para preservar nuestra productividad puede ser un acto delicado. Sabe que los emprendedores tienen más flexibilidad, pero dice que aquellos de nosotros que tenemos que rendir cuentas a gerentes también podemos hacer uso del concepto. Incluso podríamos descubrir que tenemos más poder y valor para nuestros patrones.

"Deberías darte la oportunidad de probar ese valor un poco", sugiere. Ofrece algunos consejos.

Menos es más

La forma en que trabajamos ahora es un "grave lastre económico", indica Newport. Los trabajadores del conocimiento han evolucionado hacia una forma de productividad que tiene más que ver con las vibras -¡estresado!- que con ganar dinero para la empresa. Datos de Microsoft muestran que muchos de nosotros dedicamos el equivalente a dos días laborables a la semana únicamente a juntas y correo electrónico.

Un error que cometemos, dice Newport, es asumir demasiados proyectos y luego quedarnos estancados por la sobrecarga administrativa -hablando sobre la tarea, coordinando con otros- que cada uno requiere. El trabajo se convierte en una sarta de juntas de planeación, esperando a que alguien de otro departamento nos dé la luz verde.

Newport recomienda dar prioridad a un par de proyectos y luego colocar los demás en una lista de espera en orden de importancia. Haz pública esa lista en, por ejemplo, un documento de Google que compartas con jefes y colegas.

"Cuando las cargas de trabajo están ocultas detrás de cajas negras, sólo hay personas arrojándose cosas unas a otras, es muy peligroso decir que no", señala Newport.

Si alguien se acerca a ti con más trabajo, pídele que considere dónde debería ir en tu lista, dice Newport.

Cuando sí accedas, duplica los plazos estimados que establezcas para completar un proyecto. Ese es el tiempo que tomará hacerlo bien, afirma. Y prueba lo que él llama una estrategia de "uno para ti, uno para mí". Cada vez que programes una junta de una hora de duración, reserva en tu calendario una hora para trabajo independiente.

El de confianza

Es un enfoque extraño y estimulante para quienes por reflejo decimos que sí a las solicitudes de trabajo. La filosofía de Newport requiere transparencia y confianza. En lugar de "¡Déjame ver qué tan rápido puedo sacar eso!", intenta decir "Esta solicitud tomará seis horas. Tendré ese tiempo en tres semanas".

Esto podría ser una herejía en algunas empresas. El truco está en la forma en que es comunicado, afirma. Nunca hagas que parezca que las tareas laborales son una carga que no tienes por qué afrontar. En lugar de eso, enfatiza que estás tratando de ser lo más eficaz posible para el equipo y la empresa. Sé positivo y cumple los plazos que prometas. Serás visto como alguien organizado y en máxima forma.

Creemos que los jefes quieren a alguien que siempre esté accesible, rápido para responder, rápido para entrar en acción, menciona Newport. Pero lo que los jefes realmente quieren es saber que un proyecto que te entreguen se realizará.

Resistencia a cuentagotas

La renuncia silenciosa y permanente es una mala idea, dice Newport, pero una poca es buena.

No te sientas culpable, añade. Estás trabajando bajo un sistema nuevo y mejor. No estábamos destinados a trabajar al máximo, todos los días, sin turnos estacionales y pausas.

Elige un momento -el mes de julio, por ejemplo- para bajarle a tu ritmo. No te ofrezcas como voluntario para realizar trabajos adicionales. No ofrezcas los lunes como posibilidad para celebrar juntas. Emprende un proyecto más fácil para cubrirte.

Newport también recomienda salir a ver una película al mes durante la jornada laboral. Puedes decir que es una cita personal y disfruta de la sensación de control y creatividad que aporta.

No es necesario colgar un manifiesto en la pared, añade, ni intentar cambiar toda la cultura de la empresa. En lugar de eso, crea en silencio momentos de cambio para ti.

Empoderándote

El problema: tienes que ser realmente bueno en la parte de tu trabajo que importa. Y tienes que hacer grandes cosas. Recuerda, se trata de tener alto rendimiento siendo más feliz, no de holgazanear.

"No hay forma de esconderse", dice Newport.

Sospecho que esto aterroriza a mucha gente. Se han vuelto buenos para estar siempre prestos y escribir la agenda de otra junta más. Abordar un proyecto u objetivo importante suele ser más difícil y no tiene garantía de éxito.

Nos dé miedo o no, el trabajo real se está volviendo imperativo. La IA va en pos de las partes rutinarias de nuestros trabajos. Los líderes están a la caza de los proyectos y roles "sin sentido" en sus filas al tiempo que eliminan empleos, señala Newport. Ningún jefe quiere quedarse con un equipo de personas que son expertos en responder correos electrónicos.

Dominar una habilidad valiosa te da control. Newport escribe sobre personas que dejan atrás las empresas estadounidenses y se mudan a donde quieren, trabajando de forma remota como contratistas y cobrando tarifas exorbitantes por menos horas de trabajo. Cuanto más te deshagas del trabajo que no importa y dediques ese tiempo a mejorar en las cosas que sí importan, más margen de maniobra tendrás.

"Al mercado no le importa tu interés personal en desacelerarte", escribe Newport. "Si deseas tener más control sobre tu agenda, necesitas algo que ofrecer a cambio".

Resuelve ese rompecabezas y quizás puedas tenerlo todo, altos logros y tu cordura.

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