Le ‘pega’ inflación a los antojitos

Los burritos, los chilaquiles, los huevos, los cortes y hasta los antojitos como pizzas, papas fritas y la barbacoa son alimentos que están resintiendo el aumento de los precios con los altos niveles inflacionarios que enfrenta Ciudad Juárez.

De acuerdo con datos del Inegi, la inflación para restaurantes fue de un 17.79 por ciento durante la primera quincena de noviembre, la tasa más alta para un período similar en 23 años.

Loncherías, fondas, torterías y taquerías son otras que enfrentan el problema de la inflación, con un 18.17 por ciento.

En el último año, los restauranteros locales enfrentan alzas de más del 100 por ciento en insumos, por lo que ante este problema han ajustado el precio del menú.

Como ejemplo están los huevos, que se venden en más de 90 pesos la cartera con 30 piezas, así como el tomate, que vale hasta 65 pesos. 

El reporte del Inegi muestra que el alza más importante de la comida fuera de casa la registra la barbacoa, que de la primera mitad de noviembre del año pasado al mismo mes del 2022 se ha encarecido un 27.86 por ciento.

Mesas vacías en locales

Esta ola de inflación, además de apretujar los bolsillos de las familias, está dejando mesas vacías en los negocios de comida.

Aunque el incremento en los precios de los platillos depende de cada negocio, Cristina Cunningham Hidalgo, presidenta estatal de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), expuso que los aumentos en los productos les siguen ganando la batalla y el margen de utilidad se ve reducido por el constante cambio.

“Hay ciertos productos que están arriba del 100 por ciento y otros en el 20 por ciento, y ahí es donde prorrateamos, por eso digo que un 45 por ciento general”, expresó la presidenta de Canirac.

Destacó que en algunos lugares, sobre todo de cortes, andarán hasta en un 50 a 60 por ciento arriba.

“La realidad es que no nos podemos despegar del tema administrativo porque todos los días nos encontramos con diferencias en los precios. Entonces si modificamos ya el menú, no lo podemos cambiar todos los días; esas diferencias nos merman en la utilidad”, expresó.

Destacó que esto a su vez repercute en dos situaciones: merma la utilidad del negocio, ya que son ellos quienes absorben esos incrementos, además de afectar también a los consumidores finales.

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