Alimentan al amor

Desde tiempos inmemorables el ser humano ha intentado disponer de antídotos naturales que le permita aumentar el apetito sexual y mejorar su desempeño. 

Dos de las necesidades más básicas del hombre son la comida y el sexo. Nuestros antepasados decidieron combinarlas y explorar los placeres que ambas pueden provocar. 

Es ahí cuando aparecen los afrodisíacos, los cuales han recorrido un largo camino histórico en el que ha sido difícil separar el mito de la realidad. 

El término “afrodisíaco” proviene de Afrodita, la diosa griega del amor relacionada con la fecundidad, la energía primaveral y la satisfacción sexual. 

Los afrodisíacos son sumamente relacionados con experiencias olfativas y táctiles provenientes de una gastronomía que induce a la imaginación libidinosa. 

Su uso ha trascendido en el tiempo y ha generado un sinfín de preguntas y múltiples leyendas. 

Hemos tomado como símbolos de placer y potenciadores sexuales a alimentos como el chocolate, la canela, las ostras, el jengibre y otros tantos, mas no existe evidencia documentada sobre su eficacia. Desde el punto de vista científico, se considera como un simple efecto placebo y sugestivo. 

Pese a la falta de comprobación, está demostrado que una comida con fines románticos produce una sensación de euforia que genera dopamina y eleva la libido. 

Si bien los alimentos calificados como afrodisíacos son meramente una ilusión, existen algunos que ayudan al buen funcionamiento del sistema endocrino, fuente principal de hormonas sexuales. 

Mitos y verdades de los afrodisíacos

Como ya se mencionó, existen muchos alimentos considerados como afrodisíacos, la pregunta es, ¿qué tan real es su efecto en el ámbito sexual?

Ostras

Son uno de los más populares, comentados e implementados en el cine y la televisión. Es verdad que su sabor es excelente, pero la connotación sexual que se la ha otorgado se relaciona con su valor monetario y nutricional.

Las ostras son ricas en zinc, manganeso y vitamina C, elementos que aumentan el número y movilidad de los espermatozoides debido un incremento en los niveles de testosterona. 

Más allá del mito, su aporte de nutrientes resulta beneficioso para la dieta y la salud. 

Chocolate

Los postres y dulces derivados del cacao estimulan el paladar, brindan energía y liberan serotonina que provoca felicidad y relajación, elementos necesarios para el amor. Sin embargo, es erróneo creer que este mejorara el acto sexual. Lo ideal es consumirlo después de este para recuperar energías.  

Es considerado como la “droga del amor”, pues desencadena una sensación de bienestar, pero sus efectos se producen a nivel cerebral, no fisiológicos. 

Canela

La fama de esta esencia radica en su uso tradicional y a su aroma embriagador. Según estudios publicados por Agricultural and Food Chemistry, al inhalarla aspiramos linalool, sustancia que reestablece los niveles de neutrófilos y linfocitos, además de reducir el estrés y la depresión. A pesar de esto, no hay pruebas fehacientes de sus efectos libidinosos. 

Sandía 

La concepción de esta fruta como afrodisíaco se debe a la citrulina que se encuentra en su corteza. Al ser ingerida, es convertida por el organismo en arginina, aminoácido que estimula la producción de oxido nítrico, el cual relaja los vasos sanguíneos.

Su uso se compara con el del viagra, debido a que su efecto se asemeja al del fármaco. 

Vino

Las bebidas alcohólicas, como el vino, son armas de doble filo cuando se recurre a ellas como potenciador sexual, pues si bien contiene propiedades desinhibidoras que ayudan a la relajación en la intimidad, su exceso puede bloquear la erección y afectar el rendimiento.