La solidez del Seguro Social

Con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se cristalizó uno de los más grandes ideales sociales en los que se inspiró la Revolución Mexicana, plasmado en 1906 por los hermanos Flores Magón en el Programa del Partido Liberal Mexicano y su Manifiesto a la Nación donde asienta los principios de seguridad social para los trabajadores e institucionalizado posteriormente con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917, la cual en su artículo 123 establece los derechos laborales. 

Sin embargo, la reconstrucción del Estado Mexicano posterior a la Revolución no fue inmediata, para abolir las condiciones de marginación, desigualdad y pobreza, y al mismo tiempo cumplir a cabalidad lo escrito en la Constitución era necesaria la creación de mecanismos e  instituciones, específicamente las de corte social que pudieran conducir y hacer efectivas las conquistas revolucionarias. En 1921 se funda la Secretaría de Educación Pública, pero no es hasta ocho años después de promulgada la Constitución que a través de la Dirección de Pensiones Civiles y de Retiro que empieza a darse certeza a los derechos de los trabajadores, en 1926 se crea el Departamento de Salubridad; en 1934 la Secretaría de Salubridad Pública y en 1938 la Secretaría de Asistencia Pública.  

Pero la promulgación de la Ley del Seguro Social llevó aún más tiempo, durante el mandato de Lázaro Cárdenas, el presidente más nacionalista del siglo XX no se pudo concretar a pesar de haberse llevado al Congreso la iniciativa esta no fue aprobada.

Finalmente, la ley se aprobó en 1943 y dio pie para que en 1944 bajo el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho se fundara el pilar del desarrollo social del país y el instrumento más sólido del bienestar público. 

A partir de entonces el IMSS formuló una política de expansión, se edificaron y operaron clínicas, consultorios y hospitales, pero también se generaron otras acciones de corte social como el cuidado infantil a través de las guarderías, espacios para el arte, el deporte y la cultura, velatorios y hasta centros vacacionales.  

Sin embargo, los beneficios colectivos siempre han estado al acecho de las corrientes conservadoras, pero afortunadamente, la intentona neoliberal por acabar con una de las instituciones de carácter social mas sólidas y representativas del estado mexicano finalmente fracasó. Esto viene a colación porque durante el arribo de Miguel de La Madrid Hurtado a la Presidencia de México inició el ultraje de las instituciones públicas y se pontificó lo privado sobre lo público, iniciando así un decremento sustancial en la calidad de los servicios que estas instituciones están obligadas a ofrecer al pueblo; posteriormente esto se convirtió en la autocracia del dinero la cual logró una supervivencia de seis largos sexenios presidenciales, además dio al traste con gran parte del patrimonio nacional como la industria siderúrgica, la banca, aerolíneas, aeropuertos, carreteras, la telefonía, canales de televisión y otras más; lo que no lograron privatizar se dedicaron a debilitarlo para dar la percepción de inutilidad e ineficiencia y con ello favorecer ante la opinión pública la idea de que el Estado debía replegarse al simple papel de regulador y tener cada vez menor incidencia como motor de la economía.   

Sin embargo, el IMSS resistió a pesar de la gran afectación en sus ingresos reales, en primer lugar como consecuencia de la enorme pauperización que ha sufrido el salario de los trabajadores durante las últimas tres décadas, y es que el financiamiento al Seguro Social está ineludiblemente vinculado en función de los salarios de los trabajadores (lo que conocemos como las cuotas obrero patronales). Y le pongo un ejemplo, si el poder adquisitivo (medido en la canasta básica) de los trabajadores ha tenido una pérdida acumulada de 1987 a 2017 del 80.08 por ciento según el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México, por consecuencia lo mismo ha ocurrido con los ingresos del IMSS, quien no puede comprar lo mismo que compraba hace 30 años, pero no solamente afecta  lo que tiene que ver con el salario de los trabajadores, sino que también afecta su operatividad. El avance en la tecnología y la imperiosa necesidad de fuertes inversiones para renovar el equipo médico para su modernización, asimismo el aumento en la población derechohabiente, el alto costo de las medicinas y hasta el surgimiento de nuevas y complejas enfermedades  han sido factores difíciles de sortear, sin embargo, gracias al gran espíritu solidario con el que fue creada esta institución, el humanismo de su personal y la solidez de su estructura organizativa ha logrado salir avante.

En el estado de Chihuahua existe un gran contraste respecto al porcentaje de la población derechohabiente del Seguro Social, por una parte los centros poblacionales más grandes que son Ciudad Juárez y Chihuahua, estos tienen entre el 80 y el 73  por ciento de sus habitantes afiliados a la institución, mientras las zonas de Parral y Cuauhtémoc únicamente lo está entre el 34 y 33 por ciento por ciento; siendo estas últimas dos zonas las que comprenden los municipios enclavados en la Sierra Tarahumara, estos datos nos reflejan que las oportunidades de empleo en la sierra son pocas, lo cual deriva en condiciones de atraso económico y si le sumamos la falta de intención de gobiernos anteriores para provocar el desarrollo de la zona y asegurar la buena nutrición en los infantes, esto nos da como resultado un serio incremento en los problemas de salud.

Es por ello que el Seguro Social ha enfocado gran parte de su esfuerzo para atender las zonas más desprotegidas, en lo que va del año a través del IMSS Bienestar se han realizados sendas jornadas quirúrgicas oftalmológicas y ginecológicas en los hospitales rurales de Guachochi y San Juanito beneficiando así a más de dos mil personas. El IMSS Bienestar está facultado para atender a núcleos poblacionales sin capacidad contributiva, de alta marginación y profunda pobreza, su presencia se ha extendido por la sierra a través de 144 clínicas rurales, cuatro urbanas, tres hospitales rurales, tres unidades médicas móviles, nueve brigadas de salud y dos centros obstétricos.  

Sin duda la enorme gestión del doctor Norberto Miguel Ramírez, coordinador del IMSS en el estado ha venido a reforzar la capacidad de atención a la población; dentro del Plan Nacional de Desarrollo se establece como parte fundamental del nuevo pacto social que todas y todos los mexicanos reciban consultas y medicamentos gratuitos, para cumplir dicho objetivo es indispensable una atinada dirección y administración, para ello se requiere la presencia en campo, alejado del escritorio y en constante contacto con personal médico, administrativo y beneficiarios por parte del doctor Ramírez, quien ha contribuido a que se tenga un conocimiento mucho más amplio de las reales necesidades que se tienen principalmente en las zonas marginadas. 

Durante sus más recientes giras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha instruido una mejora salarial a los médicos, enfermeros y enfermeras, principalmente aquellos que atienden en zonas rurales e indígenas, la consolidación de los servicios del IMSS en el estado de Chihuahua va en firme, en la ciudad de Chihuahua está contemplado un nuevo hospital de 144 camas censables, la integración del Sistema de Salud para equipar los hospitales inconclusos en Juárez, así como la construcción de nuevas Unidades de Medicina Familiar en Cuauhtémoc, Ciudad Juárez y Chihuahua capital.

La transformación del sistema de salud va en serio y el IMSS es protagonista de un cambio verdadero, esto viene a reforzar no un lema sino un principio: Primero los Pobres. 

En la Constitución de la OMS se dice lo siguiente: “El goce del grado máximo de salud que se puede lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”.

Seamos congruentes con este principio.