Opinion El Paso

Los republicanos no creen en la democracia

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Paul Krugman / The New York Times

jueves, 19 septiembre 2019 | 06:00

Nueva York– Noticia: La semana pasada, los republicanos de la Cámara de Representantes de Carolina del Norte aprovecharon la ocasión del 11 de septiembre para convocar una votación sorpresa y aprobaron un proyecto de presupuesto con una mayoría cualificada para anular el veto del gobernador demócrata. Solo pudieron hacer esto porque la mayoría de los demócratas estaban ausentes, algunos de ellos en eventos conmemorativos; el dirigente demócrata les había dicho a los miembros que no era necesaria su asistencia porque, según afirma, le habían asegurado que no habría votos esa mañana.

Noticia: También la semana pasada, el representante demócrata Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, emitió un citatorio para el director interino de Inteligencia Nacional, quien se ha negado a entregar la denuncia de un informante que el inspector general de la comunidad de inteligencia consideró creíble y de “carácter urgente”. No sabemos lo que el denunciante estaba advirtiendo, pero sí sabemos que la ley es clara: dichas quejas deben remitirse al Congreso, sin excepciones.

En la superficie, estas noticias parecieran tratarse de cosas muy diferentes. La lucha en Carolina del Norte básicamente se relaciona con la determinación del Partido Republicano de negarles servicios médicos a los estadounidenses de bajos ingresos; el gobernador había amenazado con vetar cualquier presupuesto que no expandiera Medicaid. El asunto del denunciante tal vez implique malversación por parte de altos funcionarios del gobierno, muy posiblemente del presidente Donald Trump, lo cual de alguna manera amenaza a la seguridad nacional.

Sin embargo, lo que estas historias tienen en común es que muestran desprecio por la democracia y el gobierno constitucional. Se supone que las elecciones tienen consecuencias y transmiten el poder a los ganadores. Pero cuando los demócratas ganan una elección, el Partido Republicano moderno hace todo lo que puede para negar los resultados, burlar las normas y, en caso de ser necesario, la ley, para actuar como si los electores no hubieran manifestado su opinión.

Así, en 2016, los electores de Carolina del Norte eligieron a un demócrata para gobernar el estado; la respuesta inmediata del Partido Republicano fue tratar de despojar al Gobernador de la mayoría sus facultades. El año pasado, los demócratas ganaron también una mayoría de los votos para la legislatura estatal, aunque los republicanos conservaron el control gracias a una manipulación política extrema. No obstante, ya no tienen una mayoría a prueba de veto, por ende, la semana pasada arrebataron el poder.

De igual modo, el año pasado, los electores estadounidenses eligieron darles a los demócratas el control de la Cámara de Representantes. Esto todavía deja a los demócratas sin la capacidad de legislar, ya que los republicanos controlan el Senado y la Casa Blanca. Sin embargo, la Cámara de Representantes, por ley, tiene facultades adicionales importantes: el derecho a ser informada de lo que está pasando en el Poder Ejecutivo, lo cual incluye las quejas por parte de informantes, y el derecho a expedir citatorios para solicitar información pertinente para gobernar. 

No obstante, el gobierno de Trump evidentemente ha decidido que nada de eso importa. Entonces, ¿qué importa si los demócratas exigen información que están facultados por ley para exigir? ¿Y qué si emiten citatorios? Después de todo, la aplicación de la ley está en manos del Departamento de Justicia, y de William Barr, el magistrado que en la práctica sencillamente se ha convertido en otro brazo del Partido Republicano.

Este es el contexto en el que tenemos que ubicar la última ronda de revelaciones sobre Brett Kavanaugh.

En primer lugar, ahora sabemos que el FBI, básicamente bajo el control de los republicanos, limitó de manera grave su investigación sobre el pasado de Kavanaugh. Por lo que Kavanaugh fue nombrado para ocupar un cargo poderoso de por vida, sin una verdadera investigación.

En segundo lugar, tanto los antecedentes de Kavanaugh como las circunstancias de su nombramiento sugieren que Mitch McConnell tomó medidas sin precedentes para crear un bloque republicano en la Corte Suprema de Estados Unidos que va a frustrar absolutamente todo lo que los demócratas traten de lograr, incluso si logran controlar el Congreso y la Casa Blanca. En particular, como hace notar Greg Sargent de The Washington Post, parece extremadamente probable que este tribunal bloquee cualquier acción significativa relacionada con el cambio climático.

¿Qué pueden hacer los demócratas sobre esta situación? Necesitan ganar las elecciones, pero muchas veces no será suficiente, porque se enfrentan a un Partido Republicano que en un nivel básico no acepta su derecho a gobernar, sin importar lo que digan los electores. Así que no es suficiente ganar; también tienen que estar preparados para esa confrontación.

Y, sin duda, el primer paso es reconocer que el problema existe. Esto me lleva a la contienda demócrata para las elecciones presidenciales primarias.

Los principales candidatos a la candidatura demócrata difieren considerablemente tanto en sus personalidades como en sus propuestas políticas, pero eso no es nada en comparación con sus diferencias en cuanto a Trump y su partido. Todos ellos son seres humanos decentes; si se les da la oportunidad, todos llevarían a Estados Unidos en una dirección más progresista.

En cambio, el verdadero abismo entre los candidatos es en qué medida lo entienden; es decir, a qué grado entienden que se enfrentan al Partido Republicano moderno.

El gran problema con Joe Biden, quien sigue llevando la delantera, es que es evidente que no lo entiende. Ha dejado claro en muchas ocasiones que él considera que Trump es una aberración y cree que las relaciones podrían ser amistosas con los republicanos una vez que Trump se haya ido.

Esto plantea la siguiente interrogante: incluso si Biden puede ganar, ¿está demasiado absorto en su mundo para gobernar eficazmente?

Notas de Interés

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