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¡Me hubieran mandado una cuerda para colgarme en mi casa!: víctima de violación

Ana Lucía Salazar reprochó que los Legionarios retiraran Fernando Martínez del sacerdocio 'por el bien de la Iglesia'

Reforma

miércoles, 15 enero 2020 | 07:21

Reforma | Fernando Martínez Reforma

Cd. de México (15 enero 2020).- Ana Lucía Salazar, quien en su niñez fue víctima de abuso sexual por parte de Fernando Martínez, reprochó que los Legionarios lo retiraran del sacerdocio "por el bien de la Iglesia".

"En lugar de mandarme una carta en donde el @Pontifex_es prefiere EL BIEN DE LA IGLESIA, EN LUGAR DEL BIEN DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL CLERICAL. ¡Me hubieran mandado una cuerda para colgarme en mi casa!", reprochó, en Twitter.

"Su lugar debió haber sido la cárcel. Se retira a los 80, casi a los 81 años, eso no es un retiro voluntario. Es una jubilación prácticamente, es una mentira que la decoran y la matizan todo el tiempo y que la Santa Sede, porque ellos dicen que son palabras del Papa, me ha derribado a mí como ser humano, porque quiere decir que yo estoy muy por debajo de la institución", cuestionó en entrevista con REFORMA.

Ana Lucía, conductora de radio y televisión, ha acusado públicamente a Martínez de violarla cuando ella tenía 8 años y estudiaba en el Colegio Cumbres en Cancún, Quintana Roo, del cual el sacerdote era director.

La mujer, que afirma que fue abusada sexualmente entre 1991 y 1992, refirió que la separación del sacerdocio de Martínez le fue notificado en una carta privada por parte de los Legionarios.

"Y que primero para ellos va la institución católica y va la Iglesia antes que las víctimas siempre a favor de la institución, nunca favor de las víctimas", agregó en entrevista.

También comentó que el quitarle su condición de sacerdote es insuficiente.

"¿Quitarle el derecho de oficiar misas?, tenemos que entender como sociedad que eso no es un castigo. A nadie que viole a un menor le quitan su cédula profesional. Tenemos muy mal establecido lo que es un castigo o lo que socialmente debe de ser una reprimenda", dijo.

"No estoy de acuerdo con su postura. Estoy muy molesta, porque aparte ni siquiera es que se lo hayan quitado, él solicitó su expulsión. Al menos eso es lo que dejan claro, que él solicitó la expulsión y que el Papa se la concede, pero le dice que se quede dentro de la congregación.

"Rogelio Cabrera y Alfonso Miranda y el otro curita ya dijeron que eso no es de ninguna manera un privilegio, y a mí me parece que convivir en una congregación de millonarios viviendo en Europa, con todas las facilidades y las comodidades, es un privilegio porque su lugar y castigo debió haber sido la cárcel", añadió.

La congregación emitió el lunes un comunicado en el que informó que se acreditó que el católico abusó de al menos ocho menores de edad, por lo que se promovió que perdiera su condición de sacerdote, pero ha gozado de impunidad debido a que prescribieron los delitos que cometió.

Pasan 28 años y no avanza el caso

Ana Lucía Salazar fue la primera mujer en denunciar a un integrante de los Legionarios por pederastia de forma pública, pero su denuncia fue ignorada desde hace 28 años.

El 1 mayo de 2019, en el marco de denuncias de #MeToo, en sus redes sociales contó públicamente su historia.

"Les quiero contar parte de mi historia. A mi nombre y a nombre de todas las niñas que fueron abusadas en aquel entonces en manos de este señor", inicia el relato en el que se ve una fotografía del padre Fernando Martínez Suárez.

Contó que habló ante sus padres y éstos fueron a reclamar a la dirección del Colegio Cumbres, pero no interpusieron denuncias legales por miedo a que se vulnerara a su hija.

"Yo soy una de esas víctimas que sale después de 20 años a señalar a su abusador. Sí existimos, sí somos reales, sí nos pasó. El Colegio conociendo los casos decidió callar, los padres de familias de las demás víctimas decidieron no creerle a sus hijas, pero yo conté con mis padres que siempre creyeron en mí y me validaron desde el primer momento", contó.

Reclamó que en vez de actuar se haya protegido al pederasta, pues del Colegio Cumbres de la Ciudad de México, donde también fue denunciado, lo trasladaron a Cancún y de ahí a Salamanca.

Refirió que ahora busca que Martínez enfrente la justicia y aclaró que si no ha presentado una denuncia ante la Iglesia, es porque ante ellos no tiene confianza.

"Ellos no están articulados para atender a las víctimas como es debido, ya que cada Obispo se encarga de su diócesis o de su congregación, entonces ni uno tiene por qué avisarle al otro, entonces a mí me parece que es estéril. Desde el día 1 de mi comunicado, el día de 2 mayo emitieron un comunicado (Legionarios) en donde decían que el padre ya no iba a dar misas. Es una burla", calificó.

Pidió acciones firmes de parte de la Iglesia y de las autoridades del Estado.

Después de Ana Lucía Salazar, en noviembre del año pasado, Biani López Antúnez y María Belén Márquez García realizaron una conferencia de prensa en la que contaron su historia de abusos por parte de Martínez.

Critican beneficios

En tanto, David Peña, abogado del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social quien defiende a dos víctimas de Fernando Martínez, refirió que hay indignación y coraje entre sus defendidos, pues éste sigue gozando de las comodidades ofrecidas por una organización millonaria.

"Fernando tiene 80 años, ya no oficiaba misa, ya no tenía labores sacerdotales públicas, está en una casa de retiro en Italia, de los Legionarios y va a seguir en esa casa porque una cosa es que lo retiren del estado clerical, pero sigue siendo parte de la congregación", expuso.

"Sigue recibiendo la pensión, estando en su casa. Teniendo toda la protección y la impunidad que ha tenido durante los últimos 50 años. No tiene mayor relevancia el que lo hayan expulsado del estado clerical", dijo.

El defensor apuntó que además no existe transparencia en esta determinación, pues aclaró, que en otros casos tomados contra sacerdotes las expulsiones no son por delitos como pederastia, sino por no rendir cuentas.

Resaltó que con respecto a la prescripción del delito, el Código Penal de Quintana Roo fue reformado hace dos años, y el abuso sexual contra menores de edad es imprescriptible, por lo que señaló, presionarán para que el Legionario enfrente sanciones penales.

"Aunque la legislación en términos generales no se pueda aplicar retroactivamente, lo que aquí se está buscando garantizar es justo la posibilidad del derecho a la justicia para las víctimas. La afectación que provocó ese delito, te siguen en el tiempo, hasta el día de hoy. El delito como tal lo pudo haber cometido hace 20, 25 años, pero la afectación que les provocó a sus víctimas se mantiene en el tiempo y se mantiene en sus vidas hasta el día de hoy", consideró.

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