Las historias

Video: Dan consuelo y alimento a necesitados

Cada viernes, integrantes del Ministerio Infantil Ebenezer acuden al Hospital Infantil de Especialidades para orar y compartir con familiares de los enfermos

Mayra Selene González /
El Diario
domingo, 15 diciembre 2019 | 06:00

Tener a un niño enfermo, más aún hospitalizado, representa una carga emocional para los padres, y cuando el período se alarga también conlleva un gasto económico que no siempre pueden solventar. 

Para llevar esperanza a quienes enfrentan esta situación, integrantes del Ministerio Infantil Ebenezer, acuden semana tras semana desde hace siete años al Hospital Infantil de Especialidades (HIES) para compartir alimentos a los familiares, pero además para hacer una oración por los niños enfermos y llevarles un obsequio.

Comprendiendo la necesidad y el dolor de los familiares

Al exterior del hospital, la agrupación, perteneciente a una iglesia cristiana, reparte burritos, café y refrescos a los familiares tanto de los niños hospitalizados como de los que llegan a consulta.

Mauro Estrada, líder del ministerio, indicó que los 20 integrantes se turnan cada viernes de las 9:30 de la mañana a la 1:00 de la tarde.

“La motivación es imitar un poco a Jesús y traer un poco de consuelo, alimento físico y espiritual para que la gente sepa que también hay personas que se preocupan por ellos”, mencionó.

Aligeran la angustia con oración 

Además del trabajo en el exterior del hospital, ingresan al área de hospitalización, tanto de los bebés como de los niños mayores, piden permiso a sus padres para orar por ellos y les entregan un detalle como un pequeño juguete y un libro para pintar.

“Para los padres es un remanso de paz que oremos por sus niños, Dios ha contestado oraciones, nos hemos enterado de niños que han sanado, nosotros sentimos paz en el corazón y que es una manera de mostrarles a ellos el amor de Dios, aportarles esa fe, los niños cierran sus ojitos y oran”, agregó Rebeca Varela otra integrante del ministerio.

Aseguran que durante los años que han acudido al lugar, son muchos los casos de madres o padres de familia que no tienen quién los reemplace para cuidar a su hijo, tampoco quién les lleve algo de comer, generalmente los pacientes son de poblados o municipios cercanos y en ocasiones sus padres no cuentan con dinero ni para el transporte, por lo que quizá el burrito y el café son su único alimento del día.

“Lo hacemos todo el año porque tristemente vemos la necesidad, no sólo es la enfermedad física de los niños, sino es la emocional de los padres, aquí viene gente de escasos recursos, pero les damos el mensaje de que Jesús puede sanar las heridas físicas y las de su corazón”, mencionó Isela Ferrer.

“En ocasiones cree uno que viene a dar, pero también recibe; siente uno mucho gozo, alegría, empatía porque cada uno de nosotros ha pasado momentos difíciles en la vida y los comprendemos, podemos sentir lo que ellos sienten cuando tienen un hijo enfermo”, comentó Margarita Díaz, una de las líderes del ministerio.

Un poco de esperanza en medio del dolor

En la sala de consulta externa, una joven pareja sostenía en sus brazos a su hijo Nathan Isaac, de 14 días de nacido, que sufre de convulsiones y aún no han determinado la razón.

Una de las integrantes de Ebenezar se acercó y les solicitó permiso para hacer una oración por el pequeño a lo cual ellos accedieron, durante ese acto, los ojos de ambos se llenaron de lágrimas.

“Se siente como que los mandaron para esta ocasión, siempre nos recuerda que no estamos solos cuando alguien así llega, se siente como un apoyo”, dijo Rubí, madre de Isaac

“A pesar de todo lo que está pasando sentí demasiada tranquilidad”, expresó Omega Israel, el padre. 

El bebé de Brenda Morales tiene un mes y medio de edad, se encuentra hospitalizado en el lugar desde hace más de una semana con el diagnóstico de bronconeumonía.

Mientras recibía un burrito y un vaso de café durante la mañana fría, después de haber permanecido toda la noche cuidando al pequeño, Brenda también aceptó una oración para pedir por la salud de su hijo Alexander Emiliano.

“Esta semana ha sido muy difícil porque tengo que estar al pendiente del bebé todo el día y toda la noche, hay personas aquí que no pueden venir sus familiares y traerles algo de comer, es pesado estar aquí, me dieron un juguetito para mi bebé y oraron por él, me siento un poco mejor, da tranquilidad”, comentó. (Mayra Selene González /El Diario)

mgonzalez@redaccion.diario.com.mx

Te puede interesar