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Juárez
martes, 03 enero 2023 | 12:14
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Ciudad Juárez.- Madres desmayadas y esposas llorando es lo que se observa en el exterior del Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3.
La información fluye de a poco.
“A mi hijo se lo llevaron al Altiplano”, “a mi sobrino se lo llevaron a Chiapas, aquí sigue mi hijo”, dicen mujeres entre llanto al saber que en el dispositivo ordenado por la Secretaría de Gobernación y Gobierno del Estado para el traslado de reos a penales federales iban sus seres queridos.
“Qué le va a pasar a mi hijo, cuándo lo podré ver”, clama una mujer de 60 años, que refiere tener miedo por la integridad de su hijo.
Otras, mujeres jóvenes, aseguran que por el momento están más seguros sus familiares lejos de aquí.
“Han entrado soldados y están torturándolos, quieren encontrar culpables de lo que todo mundo sabía que aquí ocurría”, dijo molesta la esposa de un reo que permanece en la ciudad.
En la fila que se formó para que el personal de Trabajo Social proporcione los nombres de las personas privadas de la libertad se observa que la gran mayoría son mujeres, muchas acompañadas de sus hijos.
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