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Juárez

Nada detiene su ‘sueño americano’

Sortean migrantes tráfico en el JP II para llegar al río

Sorprenden a conductores y arriesgan su vida cuando cruzan entre los carriles, en su intento por ir a EU

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

lunes, 10 octubre 2022 | 07:59

Manuel Sáenz / El Diario de Juárez | Varias personas de origen extranjero, desafían la circulación vehicular, en su camino al muro fronterizo Manuel Sáenz / El Diario de Juárez | Un grupo compuesto de hombres, mujeres y niños, observa hacia los lados de la avenida, antes de continuar su trayecto

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Ciudad Juárez.- En medio del éxodo hacia Estados Unidos, en los últimos días grupos de migrantes han sorprendido a los automovilistas cuando comienzan a correr entre los carriles del bulevar Juan Pablo II, arriesgando su vida, hacia el muro fronterizo. 

“Era un grupo como de 30 migrantes, familias, de repente empezaron a correr entre los carros, los de enfrente alcanzamos a frenar y los de atrás se comenzaron a parar”, narró la semana pasada el conductor de un vehículo, quien aproximadamente a las 6:30 de la tarde circulaba sobre el bulevar Juan Pablo II cuando dijo haber estado a punto de atropellar a los migrantes. 

Después de descender de los taxis que los llevan desde la central de camionera o del aeropuerto hasta el río Bravo, los migrantes venezolanos sólo buscan llegar hasta la frontera, al igual que lo hacen los de otras nacionalidades a quienes los traficantes de personas conocidos como ‘coyotes’ les piden que corran hasta llegar al río. 

La tarde del sábado, El Diario atestiguó otro cruce masivo sobre la avenida Juan Pablo II, a la altura de la avenida Del Charro, cuando al menos 26 personas comenzaron a correr entre los carros hacia la frontera. 

Algunos hombres, quienes iban enfrente, levantaban la mano para pedir a los automovilistas que circulaban, primero de poniente a oriente y luego de oriente a poniente, que detuvieran su paso mientras las mujeres y otros hombres con niños de la mano corrían sobre la avenida. 

De acuerdo con la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, desde el 1 de septiembre pasado se registró un aumento en el flujo de migrantes que ingresan a Estados Unidos a través principalmente del centro de El Paso, quienes llegan hasta el bordo mexicano para cruzar el río Bravo, que a mitad del cauce cambia de nombre a río Grande, y después entregarse a los agentes estadounidenses. 

Aunque desde mediados de septiembre las autoridades de Estados Unidos instalaron un puesto de operaciones en la zona en donde termina el muro fronterizo, frente al bulevar Bernardo Norzagaray, cerca de la calle Oro, los migrantes que no conocen la frontera cruzan por distintas áreas del río pero tienen que caminar hasta el puesto de operaciones. 

“El del carro me decía que no sabía en dónde estaba la frontera, nos llevó hasta un Oxxo y ahí nos dejó. Nosotros cruzamos corriendo la calle (Juan Pablo II) y subimos la tierra hacia al muro, cruzamos el río y no sabíamos para dónde seguir, pero unos ciclistas nos dijeron que era para acá y caminamos”, narró un venezolano después de casi tres horas de caminar bajo el sol junto con su familia. 

Otros, aunque saben que deben llegar al centro de la ciudad, son advertidos por los taxistas que en el centro el río internacional es vigilado por la Guardia Nacional, por lo que les recomiendan caminar para evitar ser víctimas de violaciones a sus derechos humanos, como les ha ocurrido a algunos en el centro del país, donde los policías los detienen y les rompen sus permisos provisionales para viajar por México.

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