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Juárez

'Sé que iré preso si regreso a mi país'

Moisés Carrillo salió de Venezuela para trabajar y buscar un mejor futuro para su hija

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

jueves, 29 diciembre 2022 | 22:11

El Diario de Juárez El Diario de Juárez

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Ciudad Juárez.- "Un padre de familia por sus hijos daría la vida y si están en la casa y no tienen para darle un pan, por los hijos yo creo que saldrían”, explicó el venezolano Moisés Carrillo, de 31 años de edad, quien permanece varado en Ciudad Juárez, sin poder regresar a su país porque si lo hace sería detenido por el gobierno de Nicolás Maduro.

Carrillo, quien salió de su país la última semana de agosto y llegó a esta frontera el pasado 20 de diciembre, dijo que él era policía en Venezuela, por lo que huir del país es castigado con la cárcel.

“Soy del sector del gobierno de (Nicolás) Maduro y en realidad no puedo regresar a mi país, primero porque hay una selva que hay que atravesar que no quiero volver a atravesar, y segundo porque también soy funcionario y sé que si regreso a mi país lo primero que iría es preso”, aseguró.

Él sabe que si cruza el río Bravo –llamado río Grande en Estados Unidos- será expulsado a México a través de otra frontera, por lo que busca lograr una excepción humanitaria la Título 42 a través de la organización estadounidense Las Américas; sin embargo, no cuenta con un teléfono a donde se puedan comunicar con él, ni con dinero para adquirir uno.

“Cada día se nos complica más la situación acá en la frontera con respecto a los muros que nos ponen, los militares que nos ponen, los contenedores que nos están poniendo ahora…  nosotros somos migrantes y no andamos con armas, no andamos con violencia, y prácticamente nos están tratando de aquel lado como que si fuéramos una amenaza y realmente no es así”, dijo quien busca llegar al vecino país para trabajar y buscar un mejor futuro para su hija.

El sudamericano se refugia actualmente en la iglesia cristiana Misión Guerreros de Jehová, en el cruce de la calle Dalias y el bulevar Bernardo Norzagaray, en donde pasó Nochebuena y Navidad lejos de su familia, sin una cena especial ni abrazos, pero sí bajo un frío intenso, narró mientras trataba de calentarse sobre un sillón viejo, cubierto con una cobija, en el exterior del lugar.

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