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Juárez

Entre notas musicales despide a migrantes

Al lado de su ‘amigo fiel’, un trombón, Gabriel Infante entona el himno venezolano a la orilla del río Bravo

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

martes, 13 diciembre 2022 | 13:03

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez | El venezolano cruzó 9 países con su instrumento y ayer dedicó algunas melodías en el bordo

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Ciudad Juárez.— Con el trombón que toca desde niño, Gabriel Infante llegó ayer hasta el bordo del río Bravo para entonar el himno nacional de Venezuela, mientras que cientos de migrantes de distintas nacionalidades esperaban para ser recibidos por las autoridades de Estados Unidos.

El sudamericano de 22 años, quien llegó hace cuatro días a Ciudad Juárez, y es uno de los cerca de 60 migrantes albergados en la iglesia cristiana Ministerio Guerreros de Jehová, dijo que espera en esta frontera el fin del Título 42, pero ayer acudió a los límites de la frontera con su “amigo fiel”, para entonar el himno de su país. 

“Es como una alegría con tristeza, porque primeramente la alegría porque ya estamos a un paso, pero tristeza porque me siento como quien dice discriminado como venezolano, pero si es cuestión de Dios de que me tiene aquí, es por una voluntad”, dijo el originario de Miranda, Venezuela, parado con su instrumento en los límites de la frontera, frente al muro fronterizo. 

Gabriel dijo que formó parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela, pero desde hace unos años vive en Perú, en donde es músico de profesión, por lo que recorrió nueve países con su instrumento para llegar hasta Ciudad Juárez, en espera del fin de la orden de salud pública llamada Título 42, la cual argumenta que los migrantes representan un riesgo para la propagación del Covid-19 entre la población estadounidense, por lo cual los expulsa a México o directamente a su país, aunque existen excepciones. 

“Soy músico trombonista, tocó desde los 10 años. Yo estaba radicado en Perú tocando con una orquesta, hasta que inicié la travesía, ya vengo atravesando más de nueve países… este es mi amigo fiel”, dijo el sudamericano después de entonar su himno nacional y despedir desde el bordo mexicano a unos amigos. 

Por temor a ser expulsado a través de otra frontera, él aseguró que prefirió esperar en Juárez la llegada del 21 de diciembre, fecha en la cual aparentemente Estados Unidos abrirá nuevamente sus fronteras a la migración, para darles la oportunidad de solicitar asilo político. 

“Estoy viviendo en una casa que nos puso nuestro señor Dios, apoyado por el pastor. Estoy esperando qué información nos dan, a ver si nos dan el paso para cumplir el sueño americano y ayudar a nuestros familiares, es lo que deseamos”, dijo Infante. 

Al ver a los cientos de personas hacer fila sobre el bordo del río Grande, llamado río Bravo en México, el migrante dijo haberse enterado que parte de ellos formaban parte de la caravana migrante que arribó el domingo a Ciudad Juárez, después de haber sido secuestrados en el estado de Durango, por lo que dijo esperar que fueran recibidos por las autoridades estadounidenses. 

 “Vienen de un secuestro… hay que verlo como prueba que Dios les pone y gracias a Dios pasaron por esa prueba para que agradezcan en algún momento y sepan quién los sacó de ahí, porque gracias a Dios ya están acá, es por obra de Dios, solamente”, comentó.

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