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Juárez

Día del Maestro

Educar, un desafío que le apasiona

Laura Estela Ortiz ha dedicado gran parte de su vida a la docencia

Ana Chaparro / El Diario de Juárez

lunes, 15 mayo 2023 | 13:05

Cortesía | Revisa exámenes aplicados en clase

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Ciudad Juárez– Pese a que la labor de un docente es trascendental para el desarrollo de la sociedad y es un reto que no todos están dispuestos a tomar, para la maestra Laura Estela Ortiz es un desafío que le apasiona, pues su objetivo diario no es sólo enseñar, sino convertir a sus alumnos en hombres y mujeres de bien y con un futuro brillante. 

Hija de doña Lola y don Pascual, dos personas mágicas y extraordinarias, como ella los define, y de quienes heredó los valores y el don de servir, Ortiz ha contribuido gracias a sus conocimientos a construir una ciudad mejor, en la que ha formado y acompañado a jóvenes a lo largo de 22 años como docente en el plantel 6 del Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua (Cobach). 

“Soy docente y hacerlo es una gran oportunidad que Dios me ha dado para compartir un poco de lo que yo aprendí, contribuir a construir un mundo nuevo, instruyendo a jóvenes adolescentes que luego se convierten en adultos profesionistas, es un trabajo difícil, pero vamos a paso firme y disfruto de ese caminar”, dijo Ortiz.

En ese andar dentro de las aulas no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues Laura se ha enfrentado a situaciones que en lugar de alejarla y desmotivarla, la inspiran a seguir en su labor educativa.

“Uno de los retos más difíciles a los que me he enfrentado durante mis años de docencia es conocer la violencia que han vivido muchos de mis alumnos y cómo ésta influye en sus decisiones, en su salud mental y en su deficiente aprendizaje”, cuenta la maestra, quien resalta la importancia de que los padres de familia se involucren en la educación de sus hijos. 

“Los padres de familia juegan un papel fundamental en la educación de sus hijos, desde los aspectos más básicos como la buena alimentación y el ambiente sano de crecimiento, que influyen directamente en su desarrollo escolar; luego llegan a nosotros (los maestros) con esas deficiencias y nos toca, antes que educar, formarlos en valores para que luego venga el segundo paso, que es aprender”. 

El período de pandemia, menciona, también la llevó a enfrentarse con la tecnología, pues para ella dar clases y evaluar tras una computadora, sin el acercamiento y el calor humano tan necesario para el proceso de enseñanza-aprendizaje, fue de lo más difícil que le ha tocado vivir.

“La educación es dinámica. Es importante como docentes la constancia y la honestidad para ser ejemplo y apoyo real de los jóvenes a quienes enseñamos. Siempre (hay que) capacitarse, ir a la par con el desarrollo de la tecnología, del lenguaje y de los adelantos científicos, no podemos detenernos antes los retos y decir que todo tiempo pasado fue mejor, el tiempo mejor es hoy”.

Laura Estela Ortiz imparte las asignaturas de Química, Ciencias de la Salud y Nutrición en el Cobach 6 y forma parte de los 56 mil maestros que dan clases en seis mil 812 planteles escolares en el estado de Chihuahua, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el ciclo escolar 2021/2022.

Para ella, ser maestra es una oportunidad de compartir responsabilidades, de educar, de generarles a sus alumnos un interés por las cosas importantes, por las cosas sanas y buenas, pues “los jóvenes son el oxígeno que nos purifica y que nos inyecta juventud y esperanza”, comentó; sin embargo, no es su única misión en la vida. 

Además de ser profesora y la cabeza de una familia estable y feliz, también es colaboradora de Opinión de esta casa editora y tiene una larga carrera como médica. 

“Estuve en el Hospital General, en Salubridad, y tuve mi consultorio particular por 10 años, el cual cerró cuando llegó la violencia a la ciudad porque había muchas amenazas y nos cobraban derecho de piso”.

Actualmente, es doctora voluntaria en la Casa del Migrante, acción que le ha permitido conocer historias de “miseria e injusticia humana”.

“Trabajar y vivir la migración es apasionante y es muy triste a la vez. Servir a los migrantes es devolver un poco de lo mucho que Dios nos ha brindado. Me ha ayudado a sanar mis heridas y reivindicarme de mis fallas y mis errores; los migrantes son el verdadero rostro de la necesidad de la justicia y el amor que hay en el mundo”.

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