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Juárez

‘Desmenuza’ investigador el Abrazos, no muros

La acción, repetida desde 2016, es una protesta protagonizada por familias transnacionales separadas, quienes movilizan su amor, indicó

El Diario

lunes, 12 febrero 2024 | 14:34

Archivo/El Diario de Juárez

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A través del artículo “Abrazos, no muros: entre la fronterización y la resistencia a la frontera en el límite México–estados Unidos”, el investigador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Xavier Oliveras González, analiza la confrontación que las personas migrantes viven entre ambos países sin poder tener un acercamiento íntimo y emotivo.

“Abrazos, no muros” es una acción organizada por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos que se lleva a cabo desde agosto de 2016 a mitad del río Bravo/ Grande, entre Ciudad Juárez y El Paso, la cual ha permitido que miles de personas hayan podido abrazarse después de años de distancia, en algunos casos pese a vivir en dos ciudades “hermanas”, pero separadas por el río o el muro fronterizo.

“El sentimiento humano de querer abrazar, besar y encontrarse con un familiar es, sin duda, una sensación agridulce que puede provocar una serie de estallidos emocionales que no ayudan a la moral ni el pensamiento lógico que vincula el espacio–tiempo a la hora de saltar el límite físico para cometer con el gesto sentimental”, señala el investigador, quien remite una observación de sensibilidad humana a las restricciones políticas fronterizas para el esperado encuentro entre familias mexicanas y estadounidenses.

El evento que busca “poder transmitir una empatía más allá del muro que los divide, actúa como una apertura a la esperanza de una interacción entre fronteras, como una resistencia contra la refronterización y es un símbolo de una brecha de emociones que sobrecarga más allá de un muro físico”, pero también es una protesta contra las políticas migratorias de ambos países.

La protesta, repetida en varias ocasiones desde 2016, está protagonizada por familias transnacionales separadas, quienes movilizan su amor, un amor que se materializa en el abrazo.

Regulación y control

Para el investigador, una de las limitaciones de esta representación es que no da cuenta de la complejidad de la realidad, es decir, de las interacciones que se producen durante la protesta, por lo que es fruto de la tensión entre una resistencia ideal (o idealizada) predefinida y la conformación de una serie de eventos (cada una de las ocasiones en las que se ha repetido) desplegados a partir de distintos cuerpos, objetos, emociones, prácticas y lugares, tanto de resistencia y de libertad como de regulación y control; es decir, entre componentes que resisten (activistas pro derechos humanos y familias transnacionales) y que fronterizan (los agentes policiales de ambos países, el límite, el muro y el terreno).

“En definitiva, Abrazos, no muros es más que una acción de resistencia o, mejor dicho, es más que su representación”, indica.

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