Fábricas de China han vuelto, pero sus consumidores no

Beijing.- A medida que el brote de coronavirus disminuye en China, las compañías y funcionarios del país han hecho grandes avances para reiniciar su economía. Sus fábricas, paralizadas cuando el brote de coronavirus se extendió por el país en enero, están haciendo ruido nuevamente, e incluso la contaminación del aire está regresando.

Pero empoderar a los consumidores podría ser la tarea más difícil. Muchos perdieron sus trabajos o se les redujo su salario. Otros se vieron sacudidos por semanas de ociosidad y confinamiento en el hogar, una época en la que muchos tenían que depender de sus ahorros para comer. Para una generación de jóvenes chinos conocidos por sus compras al estilo estadounidense, el ahorro y la mesura tienen un nuevo atractivo repentino.

El problema de confianza del consumidor de China ofrece lecciones potenciales para Estados Unidos y Europa, que apenas comienzan a planificar sus recuperaciones. Incluso si las empresas vuelven a abrir, el verdadero desafío puede ser habilitar o persuadir a los consumidores afectados y traumatizados para que comiencen a gastar dinero nuevamente.

Varios economistas han pedido a China que haga más para ayudar a los consumidores. Estados Unidos y otros países han desatado importantes programas de gasto que incluyen pagos directos a los hogares, pero China se ha abstenido en gran medida hasta ahora, en parte debido a las preocupaciones sobre la deuda.