Diario
Estados Unidos
miércoles, 05 junio 2019 | 10:29
En México, un presidente de izquierda promete firmemente respetar los derechos humanos de los migrantes centroamericanos y les ofrece visas y permisos de trabajo.
En Estados Unidos, un presidente conservador se ha referido en repetidas ocasiones a la afluencia de migrantes como una "invasión" y amenazó con cerrar la frontera con México para detenerla.
Dos líderes Dos visiones del mundo ampliamente divergentes, publicó Los Ángeles Times.
Su aparentemente e inevitable choque se ha transformado en una crisis sobre si el presidente Trump cumplirá su promesa de imponer aranceles punitivos a todas las importaciones mexicanas a partir de la próxima semana con el fin de presionar al país a que haga más para frenar la inmigración.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, alarmado por una posible crisis económica, expresó su confianza en que Trump cambiará de rumbo durante las negociaciones que se tienen preparadas a comenzar el miércoles en Washington.
Los negociadores mexicanos, encabezados por Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores, parecen estar preparados para presentar un paquete de medidas reforzadas de control, mismas que incluyen deportaciones intensificadas de los centroamericanos que atraviesan México y una mayor presencia policial para mantenerlos en el sur del país.
México también cuenta con la presión de los aliados comerciales de Estados Unidos en los sectores automotriz, agrícola y otros, que dependen en gran medida del comercio mexicano para persuadir a Trump de que revierta el curso de los aranceles, que comenzarán a un 5 por ciento el 10 de junio y aumentarán gradualmente hasta alcanzar el 25 por ciento el 1 de octubre.
Pero, en Londres el martes, Trump no mostró signos de querer dar su brazo a torcer.