Tripulación intentó detener el tren antes del descarrilamiento en Ohio

East Palestine.- La tripulación de un tren de carga de Norfolk Southern que transportaba productos químicos tóxicos trató de reducir la velocidad del tren momentos antes de que descarrilara en las afueras de East Palestine este mes cuando un cojinete de rueda sobrecalentado activó una alarma audible en el tren, según un informe inicial de los investigadores federales encontrados.

Si bien el cojinete de la rueda se había estado calentando constantemente mientras el tren viajaba por Ohio, la alarma no sonó hasta que un sensor registró que la rueda había alcanzado los 253 grados por encima de la temperatura ambiente, encontró un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte. Dos sensores anteriores no habían registrado una temperatura lo suficientemente alta como para activar una alarma, según el informe.

Luego, la tripulación vio fuego y humo e informó un posible descarrilamiento al despachador. Cinco de los vagones descarrilados transportaban casi 450 mil litros de cloruro de vinilo, un gas incoloro y peligroso.

El informe fue publicado este jueves cuando Pete Buttigieg, el secretario de Transporte, visitó East Palestine. Buttigieg y otros funcionarios del gobierno han enfrentado críticas por lo que algunos residentes han visto como una respuesta tardía.

Norfolk Southern, el operador del tren, también se enfrentó a la ira de los residentes y los legisladores por el descarrilamiento. Un portavoz de la compañía no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, pero la compañía ha enfatizado repetidamente su compromiso de ayudar a que el área se recupere.

Dado que el tren se descarriló y los funcionarios acordaron quemar parte de su carga peligrosa para evitar la amenaza de una explosión a principios de febrero, los funcionarios ambientales estatales y federales han enfatizado que las pruebas iniciales han encontrado que el agua y el aire son seguros, y no mostró cantidades significativas de químicos tóxicos.

Pero los residentes continúan reportando una serie de síntomas persistentes, incluidos dolores de cabeza y erupciones cutáneas, y se han preguntado si será seguro seguir viviendo allí a largo plazo.