Prohíbe Brookline comprar tabaco a los nacidos en el siglo XXI

Brookline, Massachusetts.- Una ciudad de Massachusetts que adoptó una ordenanza inusual que prohíbe la venta de tabaco a cualquier persona nacida en el siglo 21 está siendo considerado como un posible modelo para otras ciudades y pueblos con la esperanza de tomar más medidas drásticas contra los cigarrillos y productos de tabaco.

La ordenanza -la primera de este tipo en el país- fue adoptada por Brookline en 2020 y la semana pasada fue confirmada por el tribunal supremo del estado, lo que abre la puerta a que otras comunidades adopten prohibiciones similares que, dentro de unas décadas, acabarán impidiendo a todas las generaciones futuras comprar tabaco.

La norma, que prohíbe la venta de tabaco a cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 2000, entró en vigor en 2021 en esta localidad de unos 60 mil habitantes próxima a Boston.

Según una ley de Massachusetts firmada por el exgobernador republicano Charlie Baker en 2018, cualquier persona menor de 21 años ya tiene prohibido comprar cualquier producto de tabaco -incluidos cigarrillos, cigarros y cigarrillos electrónicos- en el estado.

Los partidarios de la medida de Brookline señalan que la ley estatal reconoce la autoridad de las comunidades locales para promulgar sus propias medidas para limitar la venta de productos nocivos.

Los críticos de la ley de Brookline, incluidos los propietarios de tiendas de conveniencia que dependen de la venta de productos de tabaco para una parte significativa de sus ingresos, no estuvieron de acuerdo, sin embargo, argumentando que la ley de Brookline entra en conflicto con la ley estatal de 2018 que permite a los mayores de 21 años comprar productos de tabaco - y establecería dos grupos de adultos, uno que podría comprar cigarrillos y otro que no.

El Tribunal Judicial Supremo de Massachusetts se puso del lado de Brookline, señalando que las ciudades y pueblos "tienen una larga historia de regulación de los productos del tabaco para frenar los conocidos efectos adversos para la salud del consumo de tabaco."

"Es importante destacar que las leyes estatales y las ordenanzas y reglamentos locales pueden coexistir, y a menudo lo hacen", añadió el tribunal. "Esto es especialmente cierto en el caso de las ordenanzas y estatutos locales que regulan la salud pública, cuya importancia reconocemos desde hace tiempo".

Peter Brennan, director ejecutivo de la Asociación de Tiendas de Conveniencia y Comercializadores de Energía de Nueva Inglaterra, dijo que el grupo está estudiando la posibilidad de recurrir la decisión ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Señaló que, aunque la ley se centra en el tabaco, las normas para la marihuana siguen siendo las mismas.

"Es una cuestión de cómo podemos demonizar este producto", dijo Brennan. "Se trata de intentar marcar tendencia, de ser los primeros del país".

Jon Hurst, presidente de la Asociación de Minoristas de Massachusetts, también criticó la sentencia, afirmando que podría dar lugar a una mezcolanza de normas: "351 normas diferentes no tiene sentido para el comercio interestatal. Los gobiernos locales deberían centrarse en las escuelas, la seguridad pública, los servicios de basura, etc.", escribió Hurst en X, antes conocido como Twitter.

En 2022, Nueva Zelanda aprobó una ley similar destinada a imponer una prohibición de por vida a los jóvenes que compren cigarrillos, al establecer que nunca se podrá vender tabaco a nadie nacido a partir del 1 de enero de 2009. El nuevo primer ministro del país ha declarado que piensa derogar la ley.

Un puñado de ciudades de Massachusetts han sopesado prohibiciones similares, incluidas propuestas que prohibirían la venta de tabaco o cigarrillos electrónicos a los nacidos a partir del 1 de enero de 2004.

En las últimas décadas, Massachusetts ha tomado una serie de medidas para frenar el consumo de tabaco en el estado, entre ellas el aumento de los impuestos sobre los cigarrillos.

En 2022, el 10,4% de los adultos de Massachusetts declararon que fumaban cigarrillos.

El tribunal se remitió a una sentencia anterior en el caso de una empresa que tenía licencia para explotar máquinas expendedoras de cigarrillos en Provincetown. El grupo alegó que una ley estatal que sólo prohibía la venta de cigarrillos a menores en máquinas expendedoras se oponía a una ordenanza local que prohibía la venta de cigarrillos en máquinas expendedoras.

El tribunal dio la razón a la ciudad, alegando que las leyes estatal y local no eran incompatibles porque ambas prohibían la venta de cigarrillos en máquinas expendedoras a menores.