Procede Biden cautelosamente con relajación de medidas

Nueva York.— La Casa Blanca se ha estado reuniendo con expertos externos de salud para planear una estrategia de salida de la pandemia y una transición a la “nueva normalidad”, aunque el esfuerzo detrás de bambalinas está desmoronándose ante una realidad muy pública: una serie de gobernadores republicanos se adelantaron al presidente Biden y abandonaron inesperadamente sus mandatos sobre el uso de mascarillas.

La directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la doctora Rochelle P. Walensky, comentó enfáticamente este miércoles que aunque los casos de Covid-19 están disminuyendo de manera general y su agencia está trabajando en nuevos lineamientos para los estados, es demasiado pronto para que todos los estadounidenses se quiten las mascarillas en lugares públicos cerrados.

La frenética actitud de los gobernadores de dejar a un lado los mandatos para usar mascarillas ocurre mientras el coordinador para la respuesta al Covid de la Casa Blanca, Jeffrey D. Zients, y los principales médicos del gobierno están solicitando asesoría de una amplia serie de expertos en salud pública, incluyendo a algunos exasesores de Biden que han urgido públicamente al presidente para que cambie el curso de las cosas.

Zients hizo referencia a unas sesiones breves que se llevaron a cabo este miércoles, diciendo que la Casa Blanca también está contactando a los gobernadores y oficiales locales de salud pública para hablar acerca “de las medidas que debemos tomar para que el país siga adelante”.

Las pláticas, de acuerdo con numerosos participantes, pretenden redactar unas nuevas reglas para la delicada siguiente fase de la pandemia, cuando la amenaza del coronavirus es probable que retroceda, aunque la posibilidad de una nueva variante y otra oleada letal siga siendo muy real.

Sin embargo, esas lentas deliberaciones del CDC y el equipo de Zients están poniendo a la Casa Blanca en una difícil posición, ya que se corre el riesgo de que la administración Biden se vea irrelevante mientras los gobernadores actúen por su cuenta.