Juicio contra Trump se enfocará en ataques a la elección

Washington— En el histórico segundo juicio político del presidente Donald Trump, que iniciará tan pronto como el Día de la Inauguración, los senadores de Estados Unidos serán no sólo el jurado sino también testigos personales y víctimas del letal ataque al Capitolio por una muchedumbre de sus simpatizantes.

Trump es el único presidente que será enjuiciado en dos ocasiones y el primero en ser procesado cuando abandone la Casa Blanca, un final mucho más extraordinario para el término del derrotado presidente.

Para tratar de condenarlo, los encargados del juicio político de la Cámara dijeron este jueves que se basarán en la incendiaria retórica de Trump horas antes del sangriento ataque al Capitolio, que no fue aislada, sino en parte de la campaña que fue escalando para anular los resultados de la elección del mes de noviembre, la cual culminó, según han argumentado, en el grito del presidente republicano de “luchen como nunca!”, mientras el Congreso estaba contando los votos del Colegio Electoral para confirmar que perdió ante el demócrata Joe Biden.

El juicio podría iniciar poco después que Biden haga el juramento el próximo miércoles, aunque algunos demócratas están presionando para que se aplace el juicio para darle tiempo para que inicie su administración y trabaje en otras prioridades. No se ha fijado ninguna fecha.

Las tropas de la Guardia Nacional han inundado la ciudad y protegen el Capitolio en medio de advertencias de más violencia antes de la toma de posesión.

Va a ser un panorama muy diferente, debido a la pandemia del covid-19 y las amenazas de violencia, respecto a la pompa tradicional y transferencia pacífica del poder.

Cuando todo empiece, el juicio político forzará al Partido Republicano y a los senadores a hacer una evaluación, ya que mayormente apoyaron a Trump durante su presidencia y le permitieron que esparciera falsos ataques contra la elección del 2020.

El ataque de la semana pasada, hizo enojar a los legisladores, impactó al país y desató un imaginario perturbador en todo el mundo, siendo la irrupción más grave al Capitolio desde la Guerra de 1812, y la peor perpetrada por intrusos de casa.