Greg Abbott y su cambio de actitud como gobernador

Austin— El gobernador Greg Abbott sorprendió a algunos miembros de su personal cuando llegó a su oficina este otoño con planes para un nuevo decreto pandémico: una prohibición de las vacunas obligatorias por parte de empleadores privados en Texas, publicó The Washington Post.

La decisión fue un cambio radical para el gobernador de dos mandatos, una intromisión en las decisiones comerciales del tipo que Abbott se había opuesto durante mucho tiempo, y de hecho se había opuesto solo dos meses antes. "Las empresas privadas no necesitan que el gobierno administre sus negocios", había dicho entonces un portavoz.

Su cambio de actitud generó críticas de los principales grupos empresariales de Texas, de corporaciones como American Airlines y de un actor poderoso en la política republicana local, Texans for Lawsuit Reform. También provocó frustración entre algunos miembros del personal del gobernador.

Aquellos que han conocido a Abbott y lo vieron ascender, de abogado a juez de un tribunal estatal, a fiscal general y, en última instancia, a gobernador, se han quedado atónitos por su repentino alineamiento con los activistas más estridentes del Partido Republicano.

Pero como gobernador con un agudo sentido de los vientos políticos, en un estado donde el dominio republicano sigue siendo total, su prohibición de los mandatos de vacunas estaba en consonancia con su inclinación por leer el momento. Y en este momento, incluso en el Texas centrado en los negocios, los intereses corporativos están afuera y las preocupaciones culturales están adentro.

Su giro hacia la derecha se pondrá a prueba el próximo año cuando se enfrente a su retador demócrata más conocido y mejor financiado hasta ahora, Beto O’Rourke, quien anunció su carrera a fines del mes pasado. Su contienda plantea la cuestión de qué tan a la derecha puede llegar un gobernador de Texas y aún resistir contra una marea creciente de demócratas en las ciudades y suburbios más grandes del estado.