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Estados Unidos

Choca plan de EU para chips con intereses de Wall Street

Washington busca que la tecnología clave se fabrique en EU en lugar de Asia, lo que podría discrepar con lo que quieren los accionistas

Agencia Reforma

jueves, 15 septiembre 2022 | 13:13

Agencia Reforma

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Nueva York.- Patrick Gelsinger, de Intel Corp., podría ser el CEO favorito de Washington en este momento. En la colocación de la primera piedra de una planta de fabricación de semiconductores de más de 20 mil millones de dólares cerca de Columbus, Ohio, fue acompañado por legisladores de ambos partidos, el gobernador de Ohio, Mike DeWine, republicano, y el presidente Biden, demócrata, informó The Wall Street Journal.

"Vamos a construir las cosas más avanzadas del mundo", declaró Gelsinger. "Ponemos nuestras fichas sobre la mesa para ayudar a EU a recuperar su corazón de manufactura, así como un liderazgo tecnológico incuestionable".

Esas palabras son música para los oídos de los legisladores estadounidenses que están ansiosos por revivir la manufactura nacional, pero la recepción en Wall Street de los planes de Gelsinger, que incluyen gastar hasta 100 mil millones de dólares en los próximos años en plantas de fabricación de semiconductores, ha sido más fría.

El precio de las acciones de Intel ha bajado alrededor de un 50 por ciento desde que Gelsinger asumió el mando de la empresa, en febrero del 2021. Su valor de mercado ha caído por debajo del de Advanced Micro Devices Inc., que durante mucho tiempo ha estado rezagado con respecto a Intel en la venta de chips avanzados.

El precio de las acciones sufre por el fracaso de Intel para mantenerse al día con sus rivales en la adopción de los procesos de fabricación más avanzados, una caída en las ventas de PCs y los temores de recesión.

También está en juego una tensión más profunda: el creciente consenso bipartidista en Washington de que tecnología clave debe fabricarse en EU en lugar de Asia, lo que podría discrepar con lo que quieren los accionistas.

En EU, los mercados privados canalizan capital a donde los rendimientos son más altos. Eso solía ser la manufactura avanzada. Durante mucho tiempo, Intel diseñó los procesadores más populares del mundo en fábricas sin igual en escala y eficiencia.

A partir de hace más de una década, las economías de escala necesarias se volvieron abrumadoras; el precio de una fábrica de semiconductores ahora supera los 10 mil millones de dólares. Todos, salvo los fabricantes más grandes, carecían de la escala para generar réditos satisfactorios para los inversionistas.

AMD, mucho más pequeña que Intel, batalló con el costo. En el 2009, eliminó sus fábricas, subcontratando la fabricación de chips, principalmente a Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., una "fundición" que fabrica chips diseñados por otros.

La tendencia sin fábrica encaja con el gusto de Wall Street por empresas con pocos activos cuya propiedad intelectual, marcas o plataformas de millones de usuarios ofrecen rendimientos potencialmente espectaculares con capital mínimo. Por el contrario, las valoraciones de empresas que dependen de activos tangibles como fábricas y equipos han sufrido, apunta Jason Thomas, economista jefe de la administradora de capital privado Carlyle Group Inc. Los activos tangibles, dice, no son reversibles, porque "no se puede vender la mitad una fábrica que no necesitas", y su valor estaría aún más deprimido en situaciones en las que el propietario está más desesperado por venderlo.

Históricamente, las empresas japonesas, taiwanesas y surcoreanas podían centrarse menos en los rendimientos, las ganancias por acción y el precio de las acciones que sus contrapartes estadounidenses porque las familias fundadoras, las empresas aliadas o el Gobierno eran accionistas dominantes. Hoy China es un caso extremo de esto: el Estado es dueño absoluto de los principales fabricantes, es un accionista mayoritario y los protege de la competencia extranjera.

Como en tantas industrias, la fabricación de chips emigró a Asia, donde la mano de obra y el capital eran abundantes y estaban fuertemente subsidiados. Mientras tanto, las empresas estadounidenses sobresalieron donde el contenido intelectual era más importante: diseñadores de chips como Nvidia Corp., AMD, Qualcomm Inc., para algunos productos, Apple Inc., software de diseño de chips como Cadence Design Systems Inc. y Synopsys Inc., como así como equipos de fabricación de chips como Applied Materials Corp. y Lam Research Corp.

Durante mucho tiempo, los líderes estadounidenses vieron esto como una demostración de una ventaja comparativa mutuamente beneficiosa. Pero los trastornos en la cadena de suministro desatados por la pandemia de Covid-19 y el comportamiento beligerante de Rusia y China los han alertado sobre el riesgo estratégico de importar tantos productos vitales de Asia. El presidente Biden dijo el viernes que ya no era suficiente que se inventara tecnología avanzada en Estados Unidos, también debe fabricarse allí.

El cabildeo de Intel y otros fabricantes de chips ayudó a persuadir al Congreso a aprobar la Ley bipartidista de Chips y Ciencia en julio, otorgando casi 53 mil millones de dólares en subsidios para construir o expandir fábricas en EU. Es una ayuda para Intel, pero no es suficiente: la empresa necesita financiar nuevas fábricas, la renovación de procesos de fabricación en sus fábricas existentes y su dividendo, todo mientras los márgenes están bajo presión. Para conservar el capital, ha reclutado a Brookfield Asset Management Inc. como coinversionista en las fábricas, y construirá primero las estructuras de las fábricas y las equipará sólo cuando se materialice la demanda. Intel también se beneficia de las restricciones del Gobierno de EU al suministro de tecnología vital a las empresas chinas de chips.

"La parte más importante de su estrategia es recuperar el dominio en la tecnología de procesos, y creo que pueden hacerlo -sólo requerirá dos o tres años", dijo Gus Richard, analista en el banco de inversión Northland Capital Markets.

Sin embargo, incluso si una parte significativa de la fabricación de semiconductores regresa a EU, eso podría tener una aplicabilidad limitada para el esfuerzo más amplio para regresar la fabricación a territorio nacional. Innumerables otras empresas enfrentan la misma presión para maximizar los réditos para los accionistas, sin la ayuda de Washington.

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