Agresión rusa llama a EU a repensar las importaciones de uranio

Washington.— Líderes occidentales se han apresurado a responder a la invasión de Rusia a Ucrania con medidas que podrían reducir las importaciones de combustibles fósiles rusos. Legisladores y funcionarios de Estados Unidos están confrontando un polémico dilema sobre otra fuente de energía: el uranio ruso que hace funcionar muchas plantas nucleares estadounidenses.

Aunque el presidente Biden prohibió las importaciones de petróleo, gas y carbón ruso el mes pasado, su administración no ha tomado medidas para detener las importaciones de uranio de Rusia.

Estados Unidos dependió de Rusia en un 16 por ciento de su uranio durante el 2020, y de otro 30 por ciento de dos de los socios cercanos de ese país, Kazajistán y Uzbekistán, de acuerdo con la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

Las exportaciones de petróleo y gas de Rusia han recibido una considerable atención mientras las naciones de Occidente buscan imponer sanciones económicas al país.

Sin embargo, la invasión a Ucrania también ha destacado la venta de uranio de Rusia a Estados Unidos, que es el consumidor más grande del mundo de ese metal, en donde la energía nuclear representa aproximadamente el 20 por ciento de la generación eléctrica.

La preocupación sobre la guerra le ha dado un propósito común a los funcionarios de energía, quienes ven la energía nuclear como clave para los planes a largo plazo de Biden para reducir las emisiones de carbón y para los miembros del Congreso que han argumentado durante años el incremento de la producción y enriquecimiento de uranio doméstico.

Para ambas partes, la agresión de Rusia le añade urgencia a Estados Unidos para que reduzca su dependencia de uranio importado e invierta en proveedores domésticos que podrían ayudar al funcionamiento de la siguiente generación de plantas nucleares.