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Estado

Hacinados, más de 100 migrantes en la J. Pablo II

Deyri, originaria de Venezuela, prepara desde hace tres semanas alimentos para las personas que van de paso

Alejandra Sánchez / El Diario

domingo, 10 marzo 2024 | 07:15

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Chihuahua, Chih.- En hacinamiento, así es como viven más de 100 migrantes entre ellos niñas, niños, adolescentes, hombres y mujeres que viven 'de paso' en el campamento ubicado a un costado de la avenida Juan Pablo II, al sur de la ciudad.

En un predio que se ubica a un costado de un Oxxo, casas de campaña de varios colores dan vida al lugar.

En ellas se resguardan hasta cinco personas de todas las edades.

Todas están muy pegadas unas de otras para enfrentar el frío. Algunos migrantes tienen cobijas; sin embargo, estas no son suficientes para mitigar las bajas temperaturas que todavía pegan en estos días de marzo.

“Aquí las autoridades hacen rondines, pero nadie nos molesta, nos sentimos seguros” - Deyry, Migrante venezolana

Quienes viven ahí, tienen un mismo objetivo, cruzar a Estados Unidos y encontrar una mejor calidad de vida.

Aunque la mayoría tienen “un techo”, hay otros que duermen en cartones, tal es el caso de Henry y Alba Luz, quienes llegaron ayer y no hubo nada que los resguardara.

“Nosotros somos de Guatemala; nos vinimos en busca de una mejor vida y ahí vamos. Es duro el camino, pero vamos con la bendición de Dios”, expresó Henry.

“La noche fue helada, pero hemos atravesado por tantas cosas que pudimos soportarlo”, dijo Alba.

Dejar a toda su familia, principalmente a sus hijos es lo más difícil que han enfrentado durante su travesía con destino a Estados Unidos.

“Tuve que dejar a mis hijos y a mi esposa, y eso ha sido muy triste, pero allá no hay trabajo y ellos se merecen una mejor calidad de vida”, dijo.

En cuanto al trato de los chihuahuenses, dijeron que aquí han sido buenos con ellos, ya que en otros estados no han tenido buenas experiencias.

“En Chiapas nos robaron todo. Aquí las personas han sido buenas con nosotros”.

VENEZOLANA PREPARA COMIDA PARA SUS COMPAÑEROS

Deyri y su esposo llegaron desde Venezuela hace tres semanas y desde entonces han preparado comida para sus compañeros de viajes. Los que conocen, para los que no conocen.

“Mi esposo y yo llegamos aquí; le compramos esta casa de campaña a otros migrantes que ya se fueron y decidimos emprender, preparar comida y venderles a las personas que sí traen dinero”.

La comida la preparamos aquí mismo; algunos ingredientes nos los regalan y otros los compramos nosotros.

“Los platillos los preparamos a todas horas y los damos en 30 y 60 pesos; pero aquí nadie se queda sin comer; si no traen dinero, les damos”.

Esta pareja ha tomado la decisión de quedarse en Chihuahua y quedarse en su casa de campaña.

“Pasa, pasa a nuestra casa, sientate en el colchón... esta es nuestra casita, nuestro hogar. ¿Quedó bien, no?”, dijo Deyri. Aunque ese terreno está al aire libre, ninguno sabe a quién le pertenece, pero dicen sentirse seguros.

“Aquí las autoridades hacen rondines, pero nadie nos molesta, nos sentimos seguros”.

Este espacio es temporal, la mayoría solo están de paso, aunque algunos se quedan poco más de una semana.

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