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Estado

Galería: Chihuahua, la ciudad de las cruces

Los sitios más reconocidos por esta característica son la cruz de clavos en la plaza Hidalgo

Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua

martes, 02 noviembre 2021 | 14:32

Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario Francisco López/El Diario

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Chihuahua.- En los últimos años, Chihuahua capital se ha convertido en la ciudad de las cruces. En los diferentes puntos cardinales de la mancha urbana, es posible observar este símbolo de la muerte en camellones, plazas, cruceros o calles donde alguien perdió la vida.

Los sitios más reconocidos por esta característica son la cruz de clavos en la plaza Hidalgo y las cruces rosas en el “Árbol de la Vida” ubicado en la salida a Juárez. Ambos están relacionados con los cientos de mujeres asesinadas que ha registrado la entidad desde hace por lo menos tres décadas.

Sin embargo, más allá de estos sitios icónicos de la urbe, hay en las calles chihuahuenses otras cruces colocadas por amigos, familiares y/o conocidos de quienes terminaron su existencia en esos puntos, a causa de algún evento trágico.

De acuerdo con el sacerdote Manuel Granados, las cruces que se colocan tanto en una tumba como en el sitio donde alguien muere, más que muerte significan vida o el principio de una existencia nueva.

“La cruz es un símbolo que habla de la resurrección de cristo y más que hablar de la muerte, hace alusión a la vida y nos dice que, después de la muerte no hay muerte sino al contrario, después de la muerte hay vida. La muerte es el principio de una vida nueva y el fin de la existencia terrenal no puede echar por tierra las aspiraciones más profundas del ser humano”, explica el párroco.

La cruz, dice, representa la muerte del hijo de dios y la promesa de este de que, después de la muerte hay una vida mejor.

El psicólogo social Arturo Limón, señala que la costumbre de colocar una cruz en el punto donde alguien perdió la vida, es una forma de recordar y generar paz a quien se queda.

“Es un símbolo que da sosiego a la gente que guarda el recuerdo de alguien que perdió la vida en determinado lugar. Es un simbolismo de su muerte. La singularidad del sincretismo mexicano viene de dos corrientes: somos un mestizaje sincrético de la tradición judía y la cultura olmeca de 3 mil años”.

Según la Asociación Mexicana de Tanatología A.C. (Amtac), en el documento titulado “La trascendencia de la muerte en la espiritualidad”, la población mexicana, predominantemente católica, tiene una gran estima por la Cruz, además que se utiliza en variadas formas que van desde bendecir la comida o el dinero de la primera venta, hasta hacerse una “limpia” o colocarla en las tumbas y sitios donde hubo un accidente.

Además, dice, colocar una cruz tras un accidente trágico es parte del proceso de duelo que acompaña la “cicatriz emocional” de los dolientes, pues este tipo de situaciones generan una negación de lo sucedido y la cruz es un recordatorio de la ausencia de su ser querido.

El documento indica que el pueblo mexicano tiene una gran estima por la cruz y por todo aquello que tiene relación con ella: las bendiciones y los dichos.

“Es una de las verdades centrales de la religiosidad popular. La cruz no es solo patrimonio del católico religioso popular, sino del cautivo y aún de la persona alejada de la religión. El pueblo usa la cruz de muy variadas formas: al levantarse y al acostarse cuando se persigna bendice la comida, el dinero de la primera venta, a los hijos que salen, al pasar frente a una iglesia o ante una imagen, para hacerse una “limpia”, la colocan en la puerta de la vivienda, para alejar las malas influencias, le ponen la cruz al enemigo, a la tormenta, bendicen al enfermo, al muerto, colocan la cruz en las tumbas, en los caminos, en la cima de las montañas, en donde cayó el muerto o hubo un accidente”.

Esto último es quizá lo que ha hecho de Chihuahua una ciudad plagada de cruces. Estas pueden encontrarse en plazas, parques, jardines, junto a un poste, entre la yerba seca o a un costado de las vías. Algunas están abandonadas, otras aún tienen flores y el nombre de quien cayó allí resalta sobre la madera o el metal. Por están creencias religiosas y por otro, un gran número de fatalidades registradas en las calles. Accidentes de auto, atropellos, eventos suicidas u homicidas son los principales motivos para que esas cruces emerjan por doquier.

Se colocan tanto en una tumba como en el sitio donde alguien perece; más que muerte significan vida o el principio de una existencia nueva: Manuel Granados

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