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Economía

Ven potencial en videojuegos para difundir patrimonio

Los videojuegos han demostrado las posibilidades culturales, escenarios relacionados con el patrimonio histórico, arqueológico o paleontológicos

Agencia Reforma

jueves, 18 abril 2024 | 06:49

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Ciudad de México.- Más allá del prejuicio que los consideraba enajenantes, promotores de violencia e incluso dañinos para la salud visual, los videojuegos han demostrado las posibilidades culturales que también tienen, al grado de involucrar a los jugadores en tramas, situaciones o escenarios relacionados con el patrimonio histórico, arqueológico o paleontológico, ente otros temas.

La ruta de los exvotos, El despertar de Arari o Ha'Xibalba son ejemplos de opciones desarrolladas a través del programa "Game Jam para la conservación, Jugando aprendemos a conservar el patrimonio cultural", del INAH (https://cncpc-inah.itch.io/), mientras que en el ámbito comercial figuran apuestas como Forza Horizon 5, el juego de carreras de autos que incorpora a sus escenarios no solamente inmuebles coloniales y calles históricas de México, sino también zonas de monumentos arqueológicos, como Tulum, Teotihuacán, Tula, Uxmal y Ek-Balam.

Con motivo del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, que se conmemora este jueves, especialistas del INAH reflexionan sobre cómo los juegos electrónicos pueden convertirse en un complemento para apreciar este legado cultural.

"Considero que son aliados siempre y cuando sean juegos cuidados y, sobre todo, que se mantengan monitoreados en todo el proceso. Creo que son herramientas muy poderosas (para difundir el patrimonio), porque las personas de generaciones más recientes tienen procesos cognitivos y de aprendizaje distintos", señala Gabriela Durán, enlace de Vinculación Interinstitucional en la subdirección de Vinculación y Enlace de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH.

"Entonces", añade, "estas herramientas permiten que tengamos contacto con públicos que no necesariamente se sienten invitados, por ejemplo, a ir a una visita guiada o a escuchar una conferencia. Diría que son como un detonador para generar conversación".

No obstante, Durán insta a que los juegos se enfoquen en el patrimonio, no sólo lo usen como pretexto o accesorio.

El restaurador Benito Velázquez, adscrito también a la CNCPC, coincide en que un videojuego será educativo siempre que esté documentado y apegado a la información derivada de las investigaciones.

La educación y la diversión no riñen, destaca el también ilustrador, de modo que sucesos de Mesoamérica, como la rivalidad entre Palenque y Toniná, podrían difundirse a través de juegos electrónicos, lo mismo que la escritura jeroglífica maya o el devenir de asentamientos prehispánicos que no por pequeños son menos importantes o interesantes.

"Tal vez sacar un videojuego sobre eso llamaría más la atención, porque muchas veces las personas, o las mismas escuelas, lo ven aburrido, y esta sería una forma de que estuvieran más interesados en ese aspecto", considera Velázquez.

La presencia de sitios patrimoniales en los juegos electrónicos data, al menos, de los años 90, como documentaron Velázquez y los arqueólogos Anael González y Carlos Jiménez en la publicación digital Zonas arqueológicas en los videojuegos, con ejemplos como Atomic Runner Chelnov, de 1998, que recurrió a elementos mexicas, entre ellos la serpiente bicéfala o la máscara de Tezcatlipoca.

Fatal Fury 3, de 1995, en el que aparecen los Atlantes de Tula, Hidalgo, es otro ejemplo, junto con The King of Fighters, de 2003, que incluye el Templo de Kukulkán, en Chichén Itzá, o Tomb Raider Underworld, de 2008, con referencias de Teotihuacán, Chichén Itzá, Palenque o Uxmal.

El libro puede consultarse en la siguiente liga: www.calameo.com/read/005859274eb970a2a4f1c.

El interés pedagógico en estos medios es reciente, señala Durán.

"Es un campo que apenas está siendo explorado con seriedad y de manera sistemática, porque justo existía el prejuicio que asociaba los videojuegos con un ocio estigmatizado.

"En la década de los 90 se asociaban con violencia y con ciertas enfermedades de la visión, pero creo que ya ha pasado ese tiempo de sospecha, y hay personas que se han dedicado incluso académicamente a investigar el potencial pedagógico que tienen, a partir de la premisa de que los niños y las personas en general tenemos una facilidad de aprender jugando".

Velázquez destaca también la relevancia que los videojuegos relacionados con el patrimonio adquieren para restauradores y otros especialistas de este campo, porque en aras de lograr escenarios cada vez más realistas, estos medios utilizan registros en tercera dimensión y de fotogrametría, de las cuales derivan -sin que los desarrolladores se lo propongan- documentos.

Refiere, por ejemplo, el caso de Los Caballeros del Zodiaco, de 2015, cuyos escenarios arqueológicos permiten comparar cómo se han transformado en el tiempo.

Tanto Durán como Velázquez apremian a un trabajo conjunto entre desarrolladores de videojuegos y estudiosos del patrimonio cultural.

"Incorporar a los especialistas en este desarrollo de materiales lúdicos es fundamental, porque sin ellos no habrá quién esté al tanto de que los contenidos se apeguen a lo teórica y metodológicamente correcto.

"Por otro lado, creo que también hace falta que muchos de los especialistas que trabajan con estos temas generen alianzas con la industria lúdica, no solo con las grandes empresas, sino en general con otras disciplinas para explorar otras formas de divulgación", enfatiza Durán.

"Que se tome con más fuerza y con más interés de parte de las instituciones como una forma de difundir el patrimonio", puntualiza Velázquez.

Convocan ¡a jugar!

La convocatoria para el Mini Game Work Jam, evento virtual para el desarrollo de videojuegos, juegos de mesa, juegos de rol, juegos de patio o activaciones permanece abierta hasta el próximo 30 de junio. Este año el tema es la importancia de la conservación del patrimonio gráfico rupestre.

La jam consiste en formar equipos multidisciplinarios que, durante ocho semanas, trabajan en el diseño de un producto lúdico. En este proceso los equipos cuentan con la asesoría de especialistas de dos áreas: conservación del patrimonio cultural y desarrollo de juegos.

Las actividades están organizadas de modo similar a los procesos de producción profesional de juegos y, en ese sentido, es una oportunidad para que los desarrolladores principiantes se familiaricen con ellos y para que los desarrolladores experimentados afinen sus habilidades de trabajo profesional.

Se espera que, al finalizar la Mini Game Work Jam, cada equipo presente al menos un juego para ser evaluado por un comité que retroalimentará el diseño del juego y su contenido educativo.

La convocatoria puede consultarse en https://conservacion.inah.gob.mx/pdf/actividades/pdf(48967)-7747.pdf.

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