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Economía
jueves, 18 julio 2019 | 06:00
Washington— Cuando no está tratando de forjar un trato comercial difícil de alcanzar con China, el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, a menudo se encuentra trabajando en el Capitolio, discutiendo con los legisladores sobre ese otro acuerdo comercial, el de Canadá y México (T-MEC).
El diario The Wall Street Journal indicó que la representante Stephanie Murphy de Florida es una de las muchas demócratas a las que Lighthizer ha impresionado con su atención a sus preocupaciones y la gran cantidad de tiempo que dedica a ganar apoyo para el acuerdo comercial entre EU, Canadá y México.
Cuando Lighthizer la ve acercarse, Murphy dijo que ya sabe que planea acosarlo sobre los agricultores de fresas y arándanos de temporada en su distrito que quieren evitar que México arroje productos baratos a Estados Unidos.
“Él dice: ‘Lo sé, lo sé, la estacionalidad’”, señaló.
A pesar de ganar amigos en el Congreso, Lighthizer está luchando para superar la resistencia a ratificar el acuerdo alcanzado por el presidente Trump el año pasado, destacó el diario.
“Todos estamos frustrados”, indicó el presidente del Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes, Richard Neal, después de salir de una reunión con Lighthizer, donde los legisladores presentaron sus objeciones al acuerdo.
El diario indicó que los demócratas, que tomaron el control de la Cámara este año, solicitan disposiciones de cumplimiento más estrictas, especialmente las nuevas reglas laborales dirigidas a México, y protecciones ambientales más sólidas, así como un plazo más corto en la exclusividad de 10 años para medicamentos biológicos costosos.
Los legisladores señalan que si bien Lighthizer ha escuchado sus preocupaciones, necesita comenzar a tomar medidas concretas para reabrir las negociaciones con México y Canadá.
En una carta bien redactada la semana pasada, el representante Derek Kilmer (D., Washington) y la Coalición del Nuevo Demócrata dijeron que era hora de que Lighthizer se moviera más allá de la conversación.
“Si bien apreciamos su buena disposición para escuchar, no hemos visto ningún progreso significativo ni propuestas tangibles de parte de usted para abordar estas inquietudes”, señala la carta.
El acuerdo alcanzado el año pasado para reemplazar el TLCAN de 1994 requiere la ratificación de los legisladores en los tres países antes de que pueda entrar en vigencia. México ratificó el acuerdo el mes pasado y se espera que se apruebe fácilmente en Canadá.
El pacto enfrenta el camino más empinado en el Congreso de Estados Unidos y debe comenzar en la Cámara controlada por los demócratas.