Video: Queda a deber el hospedaje en Qatar

Doha— La locura por asistir al Mundial de Qatar 2022 te lleva a bañarte con agua fría, sufrir para secarte y luego soportar el calor que impera en este país árabe.

Al menos así lo están viviendo aquellos aficionados que se hospedaron en el campamento instalado para la Copa del Mundo que consta de mil 800 tiendas, ubicado en la QuetaiFan Island, al norte de Doha, Capital de Qatar.

"Muy poco higiénico, la experiencia está buena pero nos faltan toallas", explicó el argentino Federico Marcini en entrevista con CANCHA.

En un terreno con mucha piedra, han montado tiendas de plástico de 2 metros de ancho, con 2 camas individuales y para las que se pagó en 208 dólares la noche, unos 4 mil 100 pesos.

Solo que los baños y regaderas son comunes, presentados en unidades móviles.

"No (me ha gustado) el baño pues es la ducha y hacer del baño al mismo tiempo", agregó el sudamericano.

Ahí hay aficionados de todas las nacionalidades y tras hacer el check in bajo una carpa de gran tamaño, ingresas al campamento enrejado, vigilado por apenas 2 personas, aunque cualquier persona puede ingresar pues no hay un control en los accesos.

Los campamentos cuentan con WiFi, el cual a veces falla como han comentado otros huéspedes del lugar, y el calor en ocasiones es insoportable, por mucho que han sido días con mucho viento y el Golfo Pérsico está a unos pasos del lugar.

Además incluye desayuno, que se rige en una carpa pequeña al centro de cada uno de los tres campamentos en que está dividida esta zona, y en la que dicen que no alcanza lo que colocan por las mañanas.

Al menos hay una tienda de conveniencia aunque ofrece lo mínimo para alguna necesidad.

El valor agregado que te ofrece hospedarte ahí es el acceso al club de playa del lugar, que tiene un escenario para DJs además de que emiten los partidos del Mundial, pero no basta para lo que se pagó.

"Te dan esto para el Fan Fest pero pues no hay nada", lanza Marcini entre risas.

Y para muchos otros, la llegada ha sido complicada porque no hay otra ruta más que tomar un taxi.

La estación de un tren que debía llegar cerca de esa zona no está en funcionamiento y, para colmo, la calle ni siquiera tiene nombre, además de que, con el enrejado, bien da la impresión de que es otra zona más en construcción como muchas que existen en la capital de Qatar.