Hizo dos amenazas falsas de bomba para que su novio pasara más tiempo con ella

Una mujer en Estados Unidos fue arrestada y acusada de terrorismo después de que reportara dos amenazas falsas de bomba en la empresa Puritan Medical Products, en un intento desesperado por pasar más tiempo con su novio.

Según informaron medios locales, la mujer identificada como Kayla Blake, 33 años, fue acusada de terrorismo.

La primera amenaza fue notificada a la policía alrededor de las 9:00 de la mañana el pasado jueves 23 de septiembre. En esa llamada de alerta, Blake le dijo a las autoridades que iba a colocar una bomba en la planta de la empresa, una fabrica de implementos médicos de la ciudad de Pittsfield en el estado de Maine.

Tras dos horas, Blake hizo una nueva llamada y dijo que pretendía colocar cuatro bombas más en una tubería cercana a la planta. Pero luego y en notable estado de desesperación, la mujer le confesó a la Policía que todo era una mentira y que no tenía ninguna bomba, sólo quería que su novio, que también trabaja en la farmacéutica, se quedara en casa con ella.

Por las amenazas de Blake, los directivos de la empresa se vieron forzados a evacuar a los cerca de 400 trabajadores en las plantas de Puritan en Pittsfield y Guilford, según señaló la CBS. Al día siguiente, ya sabiendo que todo había sido una falsa alarma, los trabajadores pudieron regresar.

La mujer fue arrestada y llevada a la cárcel, donde fue recluida y se le impuso una fianza de 1.500 dólares.

De acuerdo con el jefe de la policía de Pittsfield, Harold Bickmore, no es normal que llamen con una amenaza de bomba, por lo que se activaron de inmediato y dispusieron de un protocolo antiterrorista que está predeterminado para estos casos.

El caso de Blake podría incluso tomar un curso federal ya que fue alertada la oficina del FBI después de la segunda amenaza de bomba. El equipo especializado que se desplegó fue el encargado de identificar a la mujer que hizo las alertas falsas.

Bickmore acotó al mismo medio estadounidense que fue una gran investigación y un arduo trabajo por parte de los oficiales de la Oficina del Sheriff del Condado de Penobscot junto al FBI.