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Túneles, sótanos o simples leyendas en el centro de Juárez

De boca en boca han pasado historias sobre supuestos pasadizos subterráneos que atraviesan calles del centro de Ciudad Juárez

Natalia Piña / El Diario

viernes, 31 julio 2020 | 11:02

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Vamos… a leer

Es común que de generación en generación se hereden historias que, con el paso de las décadas, se convierten en leyendas para toda una comunidad. Tal es el caso de la supuesta existencia de túneles bajo las calles del Centro Histórico de Ciudad Juárez. 

Durante años, este tema ha causado fascinación entre los amantes de la historia y de las leyendas urbanas, y mucha curiosidad por parte de la población en general. Sin embargo, no hay pruebas que aseguren que existen este tipo de pasadizos subterráneos.

Las historias son muchas. Se dice que los fosos techados facilitaban el traslado de personas entre los edificios de las calles Mariscal y Degollado hacia la antigua Presidencia Municipal, cuartel en la Colonia para defensa de los apaches. Incluso, la ‘vox populli’ asegura que medían “varios kilómetros”. 

Algunas versiones enlazan los territorios subterráneos del Museo de la Revolución en la Frontera (Muref), la Catedral y la Escuela Constitución a través de un ducto, y otras más, hablan de túneles que, en los márgenes del Río Bravo, servían para trasladar whisky de contrabando a Estados Unidos durante ‘La Prohibición’.

Según el cronista Ignacio Esparza Marín, en su libro ‘Monografía Histórica de Ciudad Juárez’ (1986), las especulaciones que se han creado en torno a la posible existencia de los túneles son muchas y muy antiguas.

En su texto, narra que la creencia popular señalaba que el pasadizo que cruzaba por la avenida Mariscal hacia el norte alcanzaba a llegar hasta la montaña Franklin de El Paso, Texas, pues en esos tiempos Juárez y El Paso formaban una misma comunidad, aún no existía la división territorial entre México y Estados Unidos.

Sótanos, no túneles

“Yo nada más escuché que había túneles sellados, pero nunca los he visto en nueve años trabajando, pero el sacristán anterior nunca me comentó nada. Nunca hemos visto nada, ni un sótano oculto ni nada. La Catedral tiene como sótano el Salón de Actos y las oficinas, pero nada más”, relató a El Diario de Juárez, el sacristán de la Catedral, Sergio Antonio Rodríguez, en 2012.

De hecho, el mismo Esparza Marín descarta cualquier posibilidad de los pasadizos en la Misión de Guadalupe, ya que señala en su libro que, al realizarse remodelaciones en la misión, al remover el altar y varias criptas, nunca fue localizado algún indicio que diera pie al dicho popular.

De lo único que existe registro y en algunos casos, acceso, es de conexiones entre sótanos contiguos existentes en edificios de la avenida Juárez, pero no van más allá de los siete a 10 metros. Según varios historiadores de la localidad, en estos pasadizos se intercambiaban cavas las familias que ahí radicaban.

“Aquí en el Centro Municipal de las Artes (CEMA) no hay nada. Si está comunicado por debajo no hay nada que nos haga pensar eso. Tenemos gente de mantenimiento que lleva años en el edificio y nunca ha visto un pasadizo. Esa historia la vengo escuchando desde que llegué a Juárez en 1965 y nunca la he podido comprobar. Lo que aquí abajo hay son cadáveres, pues esta zona fue el primer cementerio de Juárez”, explicó hace ocho años el historiador Antonio Ruiz Caballero.

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