Trituradores y recicladores eléctricos de basura orgánica

Lidiar con la basura orgánica resulta engorroso, más de una vez hay que soportar olores desagradables, escurrimientos y hasta moscas de la fruta.

Los desperdicios de alimentos tienen un alto contenido de biogás, fósforo, nitratos y otros fertilizantes; el ideal sustentable sería que no terminaran en la basura, donde su degradación genera metano, amoníaco y óxido nitroso, que colaboran al efecto invernadero y el calentamiento global.

Pocos cuentan con el conocimiento, el tiempo y la voluntad para realizar compostaje en casa, pero existen en el mercado algunas soluciones tecnológicas, electrodomésticos que probablemente no son prioritarios al remodelar o proyectar una cocina, pero que sería conveniente considerar.

TRITURADORES

Se instalan debajo del fregadero y convierten los restos de comida en pequeñas partículas que pueden liberarse hacia el drenaje para luego ser procesadas en las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Los modelos más avanzados son potentes –pueden incluso triturar huesos de pollo–, silenciosos y de diseño compacto. Contrario a lo que las películas de terror nos han hecho creer, estos electrodomésticos no funcionan con aspas o cuchillas, sino con un anillo de molienda estacionario.

Su operación es sencilla sólo requiere dejar correr el agua fría, presionar el interruptor y empujar los desperdicios hacia el interior del fregadero.

La elección correcta dependerá del volumen de desechos generados y las preferencias respecto a nivel de ruido, material del tapón para la tarja y potencia. En el mercado mexicano pueden encontrarse diversas marcas cuyos precios van de los 2 mil hasta los 15 mil pesos.

Su ventaja es que pueden introducirse desperdicios que de ninguna manera son candidatos para el compostaje casero, como pan, huesos de carne o arroz cocido.

Kitchen Aid

Con ¾ de caballo de fuerza y 23 cm.

$11,289 en Walmart

Insinkerator Evolution 100

Con dos fases de trituración, potente y silencioso.

$13,499 en Home Depot

RECICLADORES ELÉCTRICOS

Del tamaño de un bote de basura, funcionan mediante un ciclo de tres fases, que puede durar de cuatro a ocho horas.

Primero realizan un secado a temperaturas de 49 a 65 °C, para eliminar patógenos y reducir el volumen hasta en un 90 por ciento; posteriormente, viene la molienda, que descompone los desechos en partículas diminutas y para finalizar el tambor de compostaje se enfría hasta alcanzar la temperatura ambiente. El resultado es un fertilizante con rápida liberación de nutrientes a las raíces de las plantas.

Entre sus ventajas presumen no requerir el espacio, tiempo y movilidad que demanda una pila de abono compostada al aire libre, cuentan con filtros de carbón activado que eliminan olores y metano y en los modelos más sofisticados puede verterse carne, lácteos, alimentos procesados e incluso algunos huesos.

La desventaja: los filtros deben ser reemplazados frecuentemente y para una operación óptima es muy importante leer el manual y las recomendaciones de otros usuarios.