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‘Por amor a la ayuda’

Rosalinda Guadalajara, es una mujer raramuri que desde los 7 años que llegó a Ciudad Juárez se enfrentó a la discriminación y barrera del idioma; su experiencia la llevó a tomar la decisión de ayudar a otros sirviendo como traductora interprete

Naya Rivera / El Diario

martes, 07 marzo 2023 | 14:27

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Fotos: Archivo / El Diario

FRASE

“A veces sentimos que estamos luchando contra algo bien grande…ser una mujer indígena es una lucha que vivimos a diario para hacernos visibles”

Rosalinda Guadalajara

La equidad de género y las oportunidades para la mujer, en especial las que forman parte de una etnia, son avances que poco a poco se han dado en la sociedad, porque son mujeres que tienen rostro y son protagonistas de logros, como es el caso de Rosalinda Guadalajara. 

Nacida en el municipio de Carichí en el estado de Chihuahua, es una líder indígena raramuri que funge como traductora interprete de las etnias que radican en el Estado de Chihuahua. Actualmente forma parte del Instituto Municipal de las Mujeres en el área de Atención a la Mujer Indígena.  

Su lucha empezó a la edad de 7 años cuando su familia decide venirse a vivir a Ciudad Juárez y se da cuenta de una realidad completamente diferente, pues no entendían su idioma. 

“Tuve que aprender por necesidad, no me agarraban en las escuelas porque no contaba con un acta de nacimiento, entonces tuve que ir a escuelas cristianas por temporadas” dijo Rosalinda Guadalajara en una entrevista para El Diario de Juárez. 

Fue hasta los 15 años que se volvió traductora interprete con la ayuda también de una maestra jubilada que le enseño a leer, escribir y hablar el español. Así, pudo terminar sus estudios siendo una adulta.  

Se volvió promotora de su comunidad al acudir a capacitaciones del sector salud, en la Fiscalía de la Mujer y el Tribunal Superior de Justicia del Estado con la finalidad de ayudar a los pueblos originarios a expresar sus necesidades, situaciones u hechos antes las autoridades. 

“Mi principal reto fue nivelar los dos idiomas y las dos culturas…también el traducir las palabras que tienen que ver jurídicamente porque en nuestra lengua no tenían una traducción así que fue difícil expresar lo de la víctima a un diputado, por ejemplo”

En 2014 fue nombrada gobernadora de la comunidad raramuri con el apoyo del Ayuntamiento de Ciudad Juárez, cargo que actualmente ya no tiene. Sin embargo, entre muchas cosas, defendió el uso del atuendo tradicional por ser motivo de discriminación al entrar a lugares públicos de la ciudad.

Han sido 18 años en los que Rosalinda Guadalajara les ha enseñado a las dos comunidades raramuris que radican en la frontera, a ser gestores de su propio espacio. Hace poco comenzó a trabajar con 12 de ellas, por mencionar algunas, la Mixteca, Chinanteca y Mazahua con acompañamiento legal, a tramitar sus actas de nacimiento o INE, asesorías legales en relación con la manutención o alguna demanda alimenticia. 

“Pero son casos que ya ocurren con poca frecuencia porque la mayoría ya conoce a que instancias deben acudir para atender sus necesidades”. 

Durante su liderazgo resalta que siempre trata a las personas como quisiera que ella fuera atendida, aunque no recibe un sueldo como traductora interprete lo hace “por amor a la ayuda”. 

Su principal objetivo es seguir enseñando a más jóvenes, mujeres y hombres para que conozcan sus derechos como etnia. Para que esto sume a sus logros, asegura que se mantiene motivada por la injusticia, discriminación e inclusión que han tenido las etnias durante muchos años. 

“Nuestra lengua tiene la misma validez en el Estado como cualquier otra porque tenemos deber de protección…nos ayudaría mucho que haya una institución exclusiva para nosotros porque estamos en un lugar que alberga una multiculturalidad”. 

Al preguntarle sobre cuál sería su deseo mencionó que busca que ya sea permanente cada cambio a favor que se haga hacia los pueblos originarios, pues conforme se cambia de administración los avances que se logran vuelven a reiniciarse. 

“A veces sentimos que estamos luchando contra algo bien grande…ser una mujer indígena es una lucha que vivimos a diario para hacernos visibles”. 

Este Día Internacional de la Mujer se reconoce y aplaude a personas como Rosalinda Guadalajara que hacen de su fuerza, valentía y virtud para defender con acciones a grupos que durante años han sido estigmatizados. 

Su labor, hasta el momento, es el inicio de un gran cambio en el que los pueblos originarios tengan tanta libertad como cualquier otro ciudadano. 

“Como mujer pienso que la equidad de género es muy importante, pero que sea una inclusión que exista, sea real y respetada porque muchas veces solo se da en palabras…necesitamos equidad de género para que todas las compañeras se tomarán en cuenta por igual”. 

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