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Es ideal hacer ejercicio

La actividad reduce el riesgo de enfermedades crónicas y los efectos secundarios de los tratamientos, y puede mejorar el pronóstico y la supervivencia del cáncer de mama

De la Redacción

sábado, 28 octubre 2023 | 06:00

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Una maratón no tiene por qué durar 42 kilómetros, cada persona tiene el suyo. “El ejercicio durante el tratamiento fue clave para mantener mi estado de ánimo y cierta sensación de normalidad. Cuando atraviesas un cáncer tu vida da un giro dramático, donde apenas puedes controlar lo que ocurre”, afirma Diana (42 años). Le diagnosticaron su tumor de mama en plena pandemia. Su rutina cambió de golpe: pasó de trabajar, escalar y viajar a padecer menopausia precoz, mastectomía y goteros de tratamiento. “En ese escenario, hacer algo de actividad física me daba una sensación de poder hacer algo bueno por mí misma, mientras la quimio hacía su trabajo”, añade.

Reducción del riesgo

Teniendo en cuenta su carácter multifactorial, la reducción del riesgo de padecer esta enfermedad a través del ejercicio puede deberse a diferentes rutas biológicas. Ana Lluch, cocoordinadora del Grupo de Investigación en Biología en Cáncer de Mama, explica: “Sabemos que el ejercicio físico reduce, por ejemplo, el porcentaje de masa grasa corporal, que la obesidad y el sobrepeso en general implican niveles más altos de hormonas sexuales, así como un incremento de citoquinas proinflamatorias, por lo que disminuyendo estos niveles se evitaría un descontrol en la muerte celular programada de nuestro organismo, y una multiplicación celular descontrolada. 

El ejercicio físico, entre otros efectos, también refuerza el sistema inmunitario, disminuye el estrés oxidativo y los radicales libres”. Sin mebargo, Lluch aclara que es fundamental no establecer afirmaciones categóricas, ya que es necesaria más investigación que refuerce los hallazgos que se han hecho hasta el momento “y lograr más evidencia en cuanto a la cantidad de ejercicio físico necesaria para obtener una clara reducción del riesgo de padecer cáncer”.

Aeróbico vs fuerza

Después del cáncer los pacientes se enfrentan a nuevos retos. “Tuve una menopausia prematura y un cambio general en mi cuerpo. En este escenario, hacer ejercicio me ha ayudado no solo a sentirme mejor, sino a conciliarme conmigo misma y a reconstruirme, para retomar la vida activa de la que siempre había disfrutado”, reconoce Diana.

Las investigaciones señalan que, a nivel físico, el ejercicio aeróbico y de fuerza determinan cambios significativos en la composición corporal al disminuir el porcentaje de grasa, aumentar la masa magra y provocar mejoras en la fuerza. “Al disminuir el porcentaje de grasa corporal, menor probabilidad de obesidad y por tanto menor riesgo de recidiva. A nivel psicológico y psico-físico: permite una menor percepción del dolor, en especial el dolor de hombro que queda tras la cirugía y radioterapia del cáncer de mama mejora el cansancio, la ansiedad y la depresión, así como la calidad de vida y la autoestima”, subraya Gavilá.

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