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Amoroso rescate

Rosa María Coutiño sigue el ejemplo de su madre María Luisa Carrillo, fundadora de APRODEA al continuar con la labor de cuidar y atender a perros y gatos de manera altruista

Brisa Frías / El Diario

viernes, 22 octubre 2021 | 18:39

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Durante más de dos décadas, la Asociación Pro Defensa Animal (APRODEA) ha realizado una extenuante labor a favor de perros y gatos, a los que ha proporcionado cuidados y atención médica, además de atender casos de maltrato y promover activamente la esterilización y la adopción.

Al trabajo que comenzó la fundadora María Luisa Carrillo se fueron sumando varias personas que en determinado momento de la historia de la agrupación han contribuido para proteger a los animales, sobre todo a aquellos en situación de calle.

Actualmente Aprodea está encabezada por Rosa María Coutiño, hija de María Luisa, quien a la muerte de su madre quedó a cargo de perpetuar la noble causa de prevenir el maltrato animal.

Es ella la que comparte los inicios de la asociación, formalmente constituida en 1998, y los servicios que a la fecha prestan. 

Recuerda con nostalgia que su madre siempre se ocupó de recoger y rehabilitar perros de la calle, apoyada por algunos veterinarios de la ciudad.

Para poder financiar el proyecto, la fundadora realizaba varias actividades, como la venta de enchiladas en los festejos del Día de Muertos en el Museo de Arte de Ciudad Juárez.

“Esto fue creciendo y un grupo de americanos empezó a apoyar con las esterilizaciones, luego se formó la mesa directiva, se protocolizó, se le dio forma”, comenta Rosa María. 

Hoy en día la asociación no tiene la capacidad de atender reportes de maltrato, sin embargo, por mucho tiempo la señora María Luisa se hacía cargo de esa responsabilidad, y hasta entrenó a voluntarios para que le ayudaran con los casos.

Por los que sufren en silencio

Ubicada en la colonia Santa Rosa, a unos metros del eje vial Juan Gabriel, Aprodea ofrece servicios veterinarios a través de médicos expertos.

“En la veterinaria tenemos tres doctoras cubriendo todos los turnos, porque estamos abiertos toda la semana”, anotó Rosa María.

Además de la consulta, la aplicación de vacunas y las cirugías que allí se realizan, se promueve intensamente la esterilización, por lo que los precios son muy económicos.

Bajo cita, lunes, miércoles, viernes y sábado se brinda el servicio de esterilización a partir de los 280 pesos, monto que sube dependiendo del peso del animal.

También en el lugar se cuenta con un área de adopciones, donde habitualmente se encuentran unas 15 mascotas en espera de que alguien quiera hacerse responsable de sus cuidados y llevarlos a casa.

Es de esa manera como Aprodea les da una oportunidad de vida a perros y gatos, algunos que son abandonados ahí y otros que rescatan de la calle. 

A estos animalitos se les rehabilita si llegan con alguna enfermedad, se les ponen vacunas, se desparasitan y esterilizan para romper con la cadena de reproducción y abandono.

“Hay animalitos muy dañados y de plano hay unos que tenemos que dormirlos, porque igual te esperas y ya amanecen muertos. Las doctoras los revisan y determinan la gravedad de cada uno”.

Una vez que son atendidos, bañados, vacunados y esterilizados, se ponen a disposición para adopción. 

La persona interesada en llevarse a un animal, deberá mostrar fotografías de su casa para demostrar que cuenta con espacio y que tiene rejas o bardas que eviten que el perro se escape.

“Antes de pandemia se visitaba el hogar a donde iba a ir, ahora no podemos, pero les pedimos que nos muestren fotografías porque nos interesa que sea un espacio seguro”.

También se pide un donativo de 300 pesos para seguir manteniendo el proyecto, y en caso de que el perro se vaya sin esterilizar (ocurre si es muy cachorro y todavía no está en tiempo), se entrega un vale para que el nuevo dueño regrese a hacerle el procedimiento.

A los casos de adopción se les da seguimiento, con el propósito de saber cómo se encuentra la mascota.

Aunque el trabajo pro defensa animal es muy noble, es extenuante e interminable, advierte Rosa María.

“Es muy bonito el trabajo de aquí, más que nada que es algo que mi mama empezó y era su prioridad. Pero hay gente muy irresponsable y fea que tienen en las peores condiciones a los animalitos, no los atienden, se les salen y los atropellan. Ves casos muy tristes”.

Ante este panorama, nada alentador, el trabajo de rescatistas es fundamental. Si bien todavía hay mucho que hacer por crear consciencia sobre los derechos de los animales, hay personas que aportan su granito de arena, apuntó. 

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