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¿A qué te sabe México?

Una de las mejores formas de viajar es a través de los sabores que cada lugar ofrece y nuestro regala al viajero la oportunidad de conocer diversos sitios que agasajan su paladar

Agencia Reforma

viernes, 15 mayo 2020 | 12:38

Una de las mejores formas de viajar es a través de los sabores que cada lugar ofrece y México regala al viajero la oportunidad de conocer diversos sitios con historia, tradiciones y bellos paisajes al tiempo que agasaja su paladar.

Además de preparar platos con recetas que honran a nuestra tierra, este confinamiento permite trazar uno o varios itinerarios gastroturísticos para concretarlos cuando sea posible salir.

Alternativas, hay varias. Es importante recordar que desde 2010, la cocina tradicional mexicana forma parte de la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, gracias al esfuerzo de cocineras tradicionales de Michoacán por preservar y difundir la importancia de los cultivos, ingredientes, prácticas rituales y técnicas culinarias que otorgan variedad y versatilidad a la cocina mexicana.

Así, en el Estado de Michoacán y en todo México es posible hallar agrupaciones de cocineras y participantes de las tradiciones culinarias que se dedican tanto a la mejora de lo cultivado como a la recuperación y difusión de las creaciones representativas de cada tierra.

Maíz, frijol y chile son los ingredientes estelares de nuestra gastronomía, a ellos se suman el jitomate, el, aguacate, el cacao, la vainilla y algunas variedades de calabaza. El arte culinario mexicano se basa tanto en el simbolismo de los alimentos preparados, como en el uso ritual de ellos debido a que las formas de preparación y el momento en el que se consumen involucran saberes ancestrales, que no sólo fortalecen los vínculos sociales de una comunidad, sino que reafirman la identidad de los individuos que la conforman.

 No hay mejor lugar para apreciar la riqueza gastronómica que los mercados, donde no sólo se compran y venden ingredientes sino que se convive, se comparten recetas e incluso -en el de Tixtla, Guerrero y en el tianguis de Malinalco, Edomex, por ejemplo- se practica el trueque.

La geografía y amplia extensión territorial del País influyen en la oferta culinaria, la cual que se enriquece con los productos típicos de cada zona y ofrece a lugareños y viajeros una deliciosa variedad de platos. Sirvan como ejemplo, los chiles en nogada de Puebla, el pejelagarto tabasqueño, el pozole verde de Guerrero, la cochinita pibil de Yucatán, los tacos de langosta en Baja California o las tlayudas y moles de Oaxaca.

Una disculpa por no mencionar a todas las delicias mexicanas. ¡Afortunadamente, son demasiadas!

Por ahora, toca quedarse quedarse en casa, pero ya habrá oportunidad para regresar a las milpas, a los mercados, a las fonditas y a los restaurantes.

Ojalá que muy pronto volvamos a practicar turismo gastronómico y a sazonar travesías que sacien el apetito de nuestro cuerpo y espíritu.

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