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Sociales

Alimentos contra el cáncer

Aunque hay un consenso en que ningún alimento puede prevenir la enfermedad por sí solo, seguir una dieta sana parece reducir el riesgo de contraerlo

The New York Times

miércoles, 06 diciembre 2023 | 15:04

The New York Times

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En promedio, más de una de cada tres personas en Estados Unidos desarrollará algún tipo de cáncer en algún momento de su vida,

 según la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer. Y muchos de esos casos, afirman, pueden prevenirse si se modifica la dieta, entre otras cosas.

Los científicos tienen una buena idea de los alimentos que hay que evitar para reducir el riesgo de cáncer, como las carnes rojas y procesadas, las comidas “rápidas” o procesadas, el alcohol y las bebidas azuca- radas. Pero Johanna Lampe, investigadora sobre prevención del cáncer del Centro Oncológico Fred Hutchinson de Seattle, afirmó que no siempre es sencillo saber qué comer.

Muchos estudios sobre nutrición dependen de que las personas recuerden con exactitud lo que consumieron hasta hace un año, comentó Lampe. Además, es difícil comprender cómo pueden influir los alimentos en la salud cuando forman parte de una dieta más amplia, a eso se suma el estilo de vida, el entorno, las hormonas y los genes, que también tienen mucha relación con las enfermedades.

Nigel Brockton, vicepresidente de investigación del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer en Was- hington D. C., afirma que ningún alimento puede prevenir el cáncer por sí solo, pero que seguir una dieta sana parece reducir el riesgo de contraerlo.

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Brócoli y sus parientes crucíferas

Las verduras crucíferas como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y la col son fuentes ricas en isotiocianatos, que son compuestos vegetales que ayudan a nues- tras células a eliminar toxinas y repararse, lo que es crucial para la prevención del cáncer, señaló Lampe.

Por ejemplo, los brotes de brócoli son ricos en sulforafano, un isotiocianato que puede reforzar las líneas de defensa natu- rales de nuestro organismo contra el daño celular diario, añadió. Este compuesto se ha relacionado con la protección contra varios tipos de cáncer, como el de próstata, mama, vejiga y colorrectal.

Las investigaciones dan a entender que consumir más de cuatro o cinco porciones de vegetales crucíferos a la semana se asocia con un riesgo reducido de cáncer y otras enfermedades crónicas.

Tomates y productos a base de tomate

Desde hace tiempo, los estudios vinculan los tomates con la reducción del riesgo de cáncer de próstata gracias a sus abundantes reservas de licopeno, un potente antioxidante que da a los tomates su color rojo.

Pero es posible que el licopeno solo sea uno de los muchos compuestos de los tomates que ayudan a defender contra el cáncer de próstata, comentó Nancy Moran, profesora adjunta de Nutrición de la Facul- tad de Medicina Baylor de Houston. Y, según investigaciones limitadas, el licopeno también podría proteger contra otros tipos de cáncer, como el de mama, pulmón y colorrectal.

Moran explica que procesar los toma- tes, por ejemplo, cortándolos o cociéndolos, nos ayuda a absorber el licopeno con mayor facilidad que cuando los comemos cru- dos. Consumir tomates con grasa también ayuda. Así que comerlos cocinados, por ejemplo en salsa o con una grasa saludable como el aceite de oliva, puede ayudar a potenciar los beneficios para la salud que se obtienen de ellos.

Los frijoles y leguminosas

Las variedades comunes de frijoles como los frijoles negros y rojos, así como las leguminosas como los garbanzos, los chícharos deshidratados y las lentejas, No solo tienen un alto contenido en proteínas, también son excelentes fuentes de fibra, lo cual es fundamental para la salud intestinal e inmunitaria,  afirmó Brockton.

Según Brockton, la fibra también está relacionada con la prevención del cáncer colorrectal. Las bacterias de nuestro intes- tino descomponen la fibra en combusti- ble para las células que recubren el colon, lo que las mantiene sanas y con menos probabilidades de convertirse en células cancerosas.

Henry Thompson, director del Labo- ratorio de Prevención del Cáncer de la Universidad Estatal de Colorado, afirma que, en estudios con animales y humanos, el consumo de frijoles (y otras legumbres como garbanzos y lentejas) se ha relacionado con la prevención de la obesidad, vinculada a varios tipos de cáncer. 

 

Nueces, en especial, las de Castilla

Hay tres variedades de nueces ricas en grasas saludables, proteínas y fibra y los estudios han descubierto que quienes las consumen suelen tener un menor riesgo de padecer varios tipos de cáncer, en espe- cífico, los del aparato digestivo.

Las nueces de Castilla contienen niveles excepcionalmente altos de unos compuestos vegetales llamados elagitaninos, que nuestras bacterias intestinales convierten en meta- bolitos que pueden reducir la capacidad del cáncer para crecer y multiplicarse.

John Birk, gastroenterólogo de UConn Health que ha realizado colonoscopias a personas en ensayos clínicos que investigan los beneficios de las nueces para la salud del colon, comentó que era fácil detectar un “colon de nuez”. El revestimiento de la pared del colon “tiene un aspecto más sano, una especie de reflejo brillante de la luz del endoscopio”, dijo.

Frutos del bosque

Los frutos carnosos como las fresas, las moras azules, los arándanos, las granadas y las zarzamoras están repletos de antioxidantes, como la vitamina C y los flavonoides, que ayudan a proteger las células del estrés y de los daños en el ADN que aumentan el riesgo de cáncer. Los co puestos vegetales llamados antocianinas confieren a los frutos del bosque su colorido y su poder antiinflamatorio, además, reducir la inflamación es importante porque “es uno de los principales factores del cáncer”, afirma Brockton.

 

 

Para obtener los máximos beneficios antiinflamatorios, se recomienda consumir entre media taza y una taza de frutos del bosque congelador (de preferencia orgánicos) al día. 

Ajo

Este allium pungente contiene altos niveles de alicina, un compuesto azufrado responsable del fuerte olor del ajo y de su capacidad para combatir el cáncer.

En un estudio a largo plazo entre más de 3000 personas que viven en una región de China conocida por sus altos índices de cáncer de estómago, los investigadores descubrieron que por cada 1,5 kilos de ajo que los participantes consumían al año, tenían un 17 por ciento menos de riesgo de desarrollar la enfermedad.

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