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Salud

'Sí puedes morir de asma'; llaman a no minimizarla

De los 8.5 millones de pacientes con asma que se estima hay en México, el 12 por ciento son población infantil

Israel Sánchez
Agencia Reforma

domingo, 21 mayo 2023 | 09:05

Tomada de Internet

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Diagnosticada con asma grave desde hace 10 años, Isabel Camacho recuerda al menos dos ocasiones en que sufrió crisis tan severas que, aun teniendo su inhalador, creía dar su último aliento.

"Era tan fuerte la crisis que, de verdad, yo veía a los ojos a mis hijos y me despedía de ellos, porque yo sentía que ya no iba a poder respirar más", comparte en entrevista telefónica la contadora de profesión.

"Entonces, cuando vemos el estereotipo del niño o adulto con asma que trae un inhalador de supervivencia, no es una broma. Para nosotros ese inhalador es la diferencia entre vivir y morir", continúa. "Sí es algo muy delicado; sí puedes llegar al hospital, y sí puedes morir de asma. Eso es bien importante entenderlo, porque muchas veces minimizamos el asma". 

Quizá ahora, opina Isabel, mucha más gente valora ese acto reflejo que es respirar, luego de una pandemia que mantuvo a tantos al pendiente de sus niveles de oxigenación, por ejemplo.

Pero durante mucho tiempo, las personas con asma han debido vivir incluso una suerte de discriminación por parte de quienes no lo ven sino como un tema emocional; "tu cuerpo grita lo que tu mente calla", llegó a escuchar Isabel.

"O sea, no, a ver, aguántame. Sí es multifactorial, sí tiene un gran peso emocional y de estrés, pero es un tema real el que el bronquio se cierra. Eso yo no lo puedo controlar.

"Y una vez que se cierra, de verdad, volver a abrirlo es todo un esfuerzo físico, mental, médico para poder liberarlo. Y como paciente lo sientes", continúa. "Imagina que si yo te lo estoy contando como adulto, lo que puede sentir un niño".

De los 8.5 millones de pacientes con asma que se estima hay en México, el 12 por ciento son población infantil. Niñas y niños en ocasiones impedidos para asistir a clases, realizar algún deporte o simplemente jugar, por culpa de esta enfermedad crónica caracterizada por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias finas en los pulmones, lo cual causa síntomas como tos, sibilancias, sensación de falta de aire u opresión torácica.

Aquí Isabel recuerda lo que un neumólogo infantil le explicó alguna vez: al cerrarse el bronquio -ya que el recubrimiento de las vías respiratorias se inflama y los músculos que las rodean se tensionan-, su grosor es como el de un cabello.

"Y es como si tú estuvieras intentando respirar por un popote, pero al popote lo aplastaras. ¿Tú puedes jalar aire? Sí, sí puedes. ¿Es suficiente aire para respirar? No, no es suficiente. Y, sobre todo, no estás oxigenando.

"Entonces, aunque haya aire, no hay oxígeno en tu cuerpo y por lo tanto en tu cerebro. La sensación de ahogo es que evidentemente tu cuerpo te está avisando: 'No estás teniendo oxígeno, te vas a morir'. Así de grave es", subraya.

Eventualmente, esta estructura bronquial afectada termina por hacerse rígida.

"Esta inflamación que tenemos en la vía aérea, ahora sí que en la tubería que nos lleva el aire hasta los alvéolos, se va haciendo dura", remarca la doctora Blanca del Río, alergóloga pediatra del Hospital Infantil de México.

"(Y entonces) no lleva a cabo sus funciones adecuadamente para una buena ventilación", agrega la especialista, quien refiere que para que un paciente sea diagnosticado y reciba tratamiento llegan a pasar años. "Se estima que pueden pasar de hasta cinco a más de 10 años".

Y es que algunos de esos síntomas respiratorios pueden no ser necesariamente graves todo el tiempo, por lo que las personas se confían. "Dicen: 'No tengo asma porque no he ido al hospital a que me den una atención con oxígeno y me pongan el medicamento inyectado'", relata la doctora Del Río.

"Pero ya cuando llega a esa etapa es que el paciente llegó en crisis, es una exacerbación".

En el caso de Isabel, quien de niña había padecido mucho a causa de las alergias, y durante sus embarazos tuvo tratamientos muy invasivos o hasta contraindicados -pero sin los cuales no se habría garantizado la respiración de ella y su bebé-, no fue sino hasta 2013 cuando llegó al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) con una crisis muy grave que finalmente fue diagnosticada y atendida como asmática.

"O sea, si a mí me hubieran diagnosticado a lo mejor hace 20 o 30 años con asma, yo no hubiera llevado un asma grave descontrolado", considera.

"Mientras más temprano sea el diagnóstico es mejor", destaca, a su vez, la doctora Del Río.

Entre las opciones farmacológicas están los llamados broncodilatadores, medicamentos que ayudan a disminuir el calibre del bronquio, así como los esteroides inhalados para desinflamar. Aunque en torno a éstos últimos existe preocupación sobre los efectos adversos de su uso crónico.

Además de ello, terminan por ser una renta mensual costosa, que en ocasiones hasta se excluye de los servicios de gastos médicos.

"Entonces, realmente estamos muy sujetos al sector público, y hoy día el sector público está muy limitado en medicamentos. Los doctores están teniendo que adecuar tratamientos por la falta de medicamento", apunta Isabel, quien desde marzo de 2020 recibe en el INER anticuerpos monoclonales, alternativa de nueva generación en el mundo, pero a la que no todos tienen acceso.

"Me lo ponen cada dos meses en el INER, y mi vida cambió al grado que hoy sé a lo que huele una flor. Yo no lo sabía ya, porque vas perdiendo el olfato y el gusto sin sentirlo", cuenta. "Es algo muy tonto, pero de verdad te cambia la vida. Entonces, el que todo mundo tenga el acceso a este tipo de medicamentos en el sector público es imperante, porque cambia vidas, mejora vidas".

Un cambio significativo para los adultos, pero sobre todo para los más pequeños; "imagínate mejorar la vida de un niño que signifique que puedan tener vida de niño y jugar futbol", concluye Isabel.

¿Asma y Covid-19?

Isabel Camacho se encontraba en el INER aquel día de marzo de 2020 cuando llegó el primer paciente con Covid-19.

Entre medios de comunicación y un ambiente casi apocalíptico, la contadora acudió a su consulta y después corrió a encerrarse en casa.

"Durante aproximadamente todo el 2020 no pisé una banqueta, porque evidentemente mis hijos y mi esposo no sabíamos cómo yo iba a reaccionar. Entonces, no nos expusimos frente a nadie; fue un encierro, de verdad, claustrofóbico", rememora.

Como a tantos otros pacientes con asma, acaso ya muy habituados a evaluar la situación y no exponerse a ambientes con factores que pudieran detonarles una crisis, este aislamiento parece haber prevenido a Isabel de contagiarse y desarrollar un cuadro grave -sin obviar el papel del anticuerpo monoclonal, del cual estudios han indagado su posible efectividad frente al SARS-CoV-2-.

"Durante la pandemia todo mundo estuvo encerrado; y al estar encerrado, el ambiente no estuvo tan fatal en la casa. Entonces, la mayoría de nuestros pacientes asmáticos estuvieron controlados la mayoría. No cayeron en crisis", celebra la alergóloga pediatra Blanca del Río.

"Y de lo que se tenía el miedo, que el Covid le diera a los pacientes con asma, pues no fue tan grave como en los otros pacientes que tenían obesidad, hipertensión, diabetes o un problema crónico o enfisema. No fue así, a Dios gracias; afortunadamente, eso no lo tuvimos", prosigue la especialista, reconociendo que pacientes con asma grave que no estaban controlados sí podían enfrentar escenarios más severos.

Cuestionada sobre si a partir de las secuelas persistentes que dejó la enfermedad pandémica han aumentado los casos de asma, la doctora Del Río descarta que esto sea así, al menos en lo reportado hasta ahora.

"Lo que sí dejó el Covid en algunos pacientes fue un problema pulmonar de varios tipos, no nada más de asma, sino problemas de la capacidad pulmonar disminuida. Eso sí.

"Pero no necesariamente ahí fueron los bronquios, sino fue el parénquima", dice, refiriendo el tejido funcional del pulmón. "La tubería que es la que nos da el paso de aire no se vio tan afectada como el parénquima".

Para no perder el aliento

Los síntomas del asma pueden ser provocados por la inhalación de alérgenos o desencadenantes. Algunos de los más comunes son:

- Caspa o pelaje de mascotas

- Ácaros del polvo

- Cambios climáticos de temperatura

- Actividad física

- Moho

- Polen

- Infecciones respiratorias, como el resfriado común

- Emociones fuertes (estrés)

- Humo del tabaco

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