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Salud

¿Se cansa mucho? Sería 'intolerancia al ejercicio'

Puede comenzar con una incomodidad o falta de aire fuera de lo común

Laura Landro
Agencia Reforma

viernes, 29 octubre 2021 | 06:18

Tomada de internet

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Nueva York- Puede comenzar con una incomodidad o falta de aire fuera de lo común durante un entrenamiento o una caminata cuesta arriba, una sensación que muchos experimentamos y desestimamos a medida que envejecemos. Pero los investigadores médicos están aprendiendo más sobre una condición a la que se refieren como intolerancia al ejercicio, una incapacidad para realizar una actividad extenuante a un nivel que debería ser normal para la edad, la complexión y el nivel de condición física de un individuo.

Mediante pruebas de ejercicio en tiempo real, los médicos pueden diagnosticar mejor las causas subyacentes de la afección que puede evitar que personas realicen el ejercicio que necesitan para mantener una buena salud. Y, gracias a estas pruebas, hay más opciones de tratamiento disponibles, incluyendo especialistas médicos y expertos respiratorios que trabajan con los pacientes en soluciones personalizadas.

El ejercicio puede desencadenar asma en personas que normalmente no lo padecen, y cada vez más se considera que las enfermedades y complicaciones de infecciones también influyen en la intolerancia al ejercicio. Por ejemplo, nueva investigación arroja que algunos pacientes con Covid que se han recuperado de una infección aguda después de sólo tener síntomas leves continúan teniendo problemas para esforzarse. Y cuando se presentan complicaciones post Covid, como la miocarditis -una inflamación del corazón debido a una infección viral- puede hacer que la actividad vigorosa sea más difícil y, a veces, mortal.

Al buscar las causas subyacentes de la intolerancia al ejercicio, los médicos pueden aplicar varias pruebas de diagnóstico en tiempo real mientras el paciente intenta hacer ejercicio en una bicicleta estacionaria o caminadora. Pruebas así pueden involucrar métodos invasivos como catéteres intravenosos para medir el flujo sanguíneo a través de las cámaras del corazón o cámaras en miniatura para observar una posible obstrucción del flujo de aire.

"En el caso de problemas de ejercicio, puede ser retador evaluar médicamente las quejas, así que es importante obtener una evaluación integral", dice J. Tod Olin, director del Centro de Ejercicio y Respiración de Rendimiento en el Hospital Nacional Judío de Salud, en Denver.

Olin diagnostica y trata a pacientes con una afección conocida como EILO -siglas en inglés de obstrucción laríngea inducida por el ejercicio- en la que las vías respiratorias superiores se contraen inapropiadamente durante el ejercicio intenso, frecuentemente causado una respiración ruidosa y jadeante y la apariencia de dificultad respiratoria. Anteriormente conocida como disfunción de las cuerdas vocales, a menudo se diagnostica erróneamente como asma, de acuerdo con Olin, aunque los pacientes pueden tener ambas afecciones.

Para examinar a un paciente, aplica un medicamento que adormece y abre los conductos nasales. Luego inserta un pequeño tubo flexible con una cámara que pasa por la nariz a la parte posterior de la garganta. El endoscopio está sujeto a un casco que el paciente usa mientras hace ejercicio en una caminadora hasta que se desarrollan los síntomas. En un monitor junto a la caminadora, Olin y su equipo pueden ver si las vías respiratorias se están estrechando al nivel de las cuerdas vocales.

Aunque Olin ve este problema a menudo en los atletas jóvenes de élite, también puede ocurrir a los aficionados al ejercicio de mediana edad. Angela Minnefield, una ávida corredora, comenzó a tener problemas respiratorios mientras corría a los 50 años. La ingeniera de calidad de una compañía farmacéutica de Indianápolis recurrió a alergólogos, especialistas en medicina deportiva y un especialista en oído, nariz y garganta. Se le diagnosticó disfunción de las cuerdas vocales y se le recomendó que probara el yoga y que respirara de manera diferente. Pero las técnicas que le enseñaron no ayudaron. Se sintió frustrada e insegura de a quién recurrir.

Minnefield se enteró del programa de Olin en una búsqueda en internet y se tomó una semana de su trabajo en 2020 para trabajar con él y otros terapeutas en el centro de ejercicio y rendimiento del Hospital Nacional Judío de Salud. Practicó una técnica de respiración que desarrolló Olin, apodada la "técnica Darth Vader", porque puede hacer que el paciente suene como el personaje tenebroso detrás del casco en "Star Wars".

Mientras hacía ejercicio, aprendió a bloquear intencionalmente algo de aire inhalado durante una fracción de segundo al sellar suave y parcialmente su labio inferior contra sus dientes superiores. En la misma inhalación, aprendió a romper el sello y permitir que el aire entrara rápidamente. Si se realiza correctamente, la maniobra abre las vías respiratorias superiores. Y usado en combinación con enfoques específicos de deportes y de manejo del estrés, la técnica ayuda a los pacientes a respirar más fácilmente durante el ejercicio, afirma Olin.

En otro tipo de prueba, Darlene Kim, cardióloga del Hospital Nacional Judío de Salud, busca las causas de la intolerancia al ejercicio en sus pacientes colocando un catéter cardíaco a través de una vena en el cuello del paciente. El catéter pasa por el lado derecho del corazón y sigue la ruta del flujo sanguíneo a la arteria pulmonar en los pulmones, permitiendo a médicos tomar medidas mientras el paciente se ejercita en una bicicleta estacionaria. Los datos resultantes pueden revelar señales tempranas de insuficiencia cardíaca, elevaciones peligrosas de la presión arterial en las arterias pulmonares y otras afecciones.

Diagnóstico correcto

Con el diagnóstico correcto puede recetar el tratamiento adecuado, como medicamentos, ajustes de sal y líquidos en la dieta o monitores cardíacos.

"Siempre queremos que las personas puedan hacer ejercicio, mientras no presente riesgo", dice Kim.

Si bien la dificultad para respirar a menudo está vinculada con problemas cardíacos y pulmonares, la pandemia del Covid-19 ha demostrado que los virus también juegan un papel. Aaron Waxman, director del programa de enfermedad vascular pulmonar del Brigham and Women's Hospital en Boston, fue investigador principal de un estudio publicado en la revista médica Chest en agosto que encontró que los pacientes que se habían recuperado de Covid, pero no tenían enfermedades cardíacas o pulmonares, tenían una capacidad aeróbica notablemente reducida durante pruebas de ejercicio cardiopulmonar invasivas. El problema estaba asociado con una regulación deficiente del flujo sanguíneo y una incapacidad para usar el oxígeno de manera eficiente.

Los investigadores creen que el virus Covid-19 desencadena una respuesta autoinmune que daña las pequeñas fibras nerviosas que regulan los vasos sanguíneos. Estas fibras también regulan otras funciones en los sistemas cardiovascular y gastrointestinal.

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